Estos días hablaba con otras madres, de cuando nos toca de manera obligada separarnos de nuestros hijos, de manera lógica, podemos sentir al principio una enorme tristeza.
Aunque al principio nos cuesta acostumbrarnos a la nueva vida con ellos, e incluso llegamos a sentir un gran vértigo por la falta de control. Una vez que conocemos a nuestros pequeños, nos hacemos a sus rutinas, incluso somos capaces de comunicarnos con ellos, aunque sigan apareciendo momentos de dificultad, nos hacemos a la nueva vida con ellos, y ahora lo difícil es cambiarla de nuevo, y hacernos a la idea de volver a una rutina sin ellos, a que no estén cerca nuestro durante todo el día.
Por supuesto, no todo el mundo pasa por esto, ni en la misma medida. No se puede criticar a nadie porque no se sienta mal por volver e incluso le suponga un alivio volver a la rutina anterior.
Como tampoco es criticable, que una madre se ponga triste, se sienta mal, eche de menos a su hijo, y le cueste mucho llegar a acostumbrarse a la separación durante horas de él.
En alguna ocasión al principio, cuando he ido a algún lado y mi hijo por unos minutos, no llegaban a horas, no venía conmigo en el coche, yo miraba a la sillita y sentía un cierto vacío.
He llorado una y mil veces por tener que dejarlo en la guardería por motivos de trabajo, temprano y a muy corta edad, aunque supiera por experiencia, ya que también he trabajado en guarderías, que ellos están bien, que están en un sitio seguro adaptado a su edad, con otros iguales, donde juegan y se divierten.
Me he visto incluso en alguna cena de empresa, mirando contínuamente el móvil, para ver si mi marido me daba noticias de mis niños. No porque con él estén peor o les pueda pasar algo, pero no puedes evitar sentir un tremendo apego a ellos que no se pasa en dos días, yo creo que dura ya para toda la vida.
Mi madre me lo recuerda alguna vez, cuando me llama para saber cómo estoy, y yo le digo " mamá sé cuidarme sola con 40 años", y ella me responde, " lo sé pero no puedo evitarlo".
Y me doy cuenta, ahora que soy madre, que es así, que no se puede evitar, que no es malo, que va con lo de ser madre, aunque pueda resultar pesado para los hijos llegados a una cierta edad.
Además vivimos en una sociedad, que obliga a las madres a volver al trabajo en mi opinión demasiado pronto, ya que en el caso de dar lactancia, ésta se aconseja al menos hasta los 6 meses mínimo, y conservarla es en algunos casos muy difícil si estamos separados de ellos durante tantas horas.
Y aunque no se dé lactancia, el tiempo que tendríamos que poder estar con nuestros bebés no debería limitarse a 16 semanas, como se puede comprobar en otros países donde la baja por maternidad se puede llegar a alargar hasta los dos años, incluso en los más respetuosos o concienciados hasta los 6 años, cuando comienza la educación primaria.
Y que sea la madre o la familia la que elija cuando ella y su hijo se encuentran preparados, y si quieren, que la separación sea antes.
No por ello, estoy en contra de la gente que elije meter a sus hijos en guardería aunque no sea una necesidad, porque creo que todas las decisiones que se tomen en un seno familiar se deben respetar y los demás podemos tener una opinión diferente, pero no necesariamente ser más acertada, y por supuesto, jamás criticable.
Como no, está el tema de la conciliación que es prácticamente inexistente, porque las familias para sobrevivir tienen casi de manera obligada trabajar los dos progenitores, y en las empresas la política de conciliación es mínima, o casi nula.
Yo en nuestro caso, he tenido que rechazar muchos trabajos porque tenía que trabajar por las tardes y realmente no podría ver a mis hijos, y hemos preferido ajustarnos más el cinturón pero tener vida con ellos, porque nos compensa aunque sea algo más complicado llegar a fin de mes.
Ya que como dije en el post Mamá no te pierdas nada, yo no seré siempre un niño el tiempo pasa muy rápido y los momentos importantes de nuestros hijos no esperan a que nosotros volvamos del trabajo, y podemos perdernos muchas cosas con ellos que no volverán a repetirse.
Hay mujeres valientes o supongo que también pueden permitírselo, que piden excedencias para el cuidado de hijos, cosa que sí es posible, pero que lógicamente no todo el mundo puede pedir, por temas económicos principalmente.
Y hay otras mujeres que quieren ser excelentes profesionales, y lo son, pero no se le permite serlo, porque en el momento que se convierten en madres, se les empiezan a poner trabas en su trabajo, y por supuesto si se plantea intentar conciliar, porque su convenio se lo permita, quitándose horas de trabajo, aunque lo sigan haciendo de manera excelente y cumpliendo sus objetivos, se las estigmatiza porque en teoría no le dedican el suficiente tiempo a éste.
Seguimos en una sociedad donde se piensa que "ser madre y ser profesional no van de la mano".
Por tanto que nadie te critique por como te sientes ante la separación de tus hijos, ya que tienes derecho a sentirte mal, bien, aliviada, triste o lo que sientas en ese momento.
"Sentir es un derecho de todo ser humano, y nadie te puede decir lo que sentir".
Ni que nadie te minusvalore como profesional si decides ser madre, porque es totalmente compatible si se nos deja ser y no se nos ponen zancadillas.
"Una mujer está preparada para ser lo que quiera ser en su vida".