Lloramos cuando vemos niños abandonados, heridos, enfermos, sin recursos, maltratados, desamparados...niños que que mueren injustamente.
Lloramos cuando vemos a madres que no tienen cómo alimentar a sus hijos, que viven para trabajar por su familia, a madres que se sienten solas, sin apoyo, sin reconocimiento, que se sienten atacadas hagan lo que hagan, madres que pierden a sus hijos, madres que dan su vida por mantener la de los suyos...Y así un largo etcétera...
Cuando se es madre la empatía fluye y lo inunda todo, sufrimos con el dolor ajeno, nos sentimos en el corazón de las otras madres pero sobre todo nos sentimos con el deber de proteger a esos niños que, sin nuestra ayuda, sin nuestro tiempo, sin nuestro amor, cariño, abrazos y protección no podrán seguir adelante ni ser felices ni el día de hoy ni el día de mañana...
Graci Ariza