Karen (Annette Bening) sigue lamentándose 36 años después de haber dado a su hija en adopción cuando tenía 14. Ahora es una mujer sola y amargada.
Una joven y exitosa abogada es Elizabeth (Naomi Watts). Dueña y señora de su vida, segura de sí misma. Se podría decir que es una mujer fatal en un primer momento de la película.
Lucy (Kerry Washington) necesita ser madre ante todo para realizarse y ser feliz.García sabe contar historias. De una manera sencilla, sin grandes pretensiones, nos guía por las vidas de las protagonistas. Nos dice cómo son y el porqué. Las entendemos, nos empatizamos, las podemos juzgar pero, sobre todo, aflora un sentimiento de compasión y compresión hacia todas ellas. Éste es el punto fuerte de esta película, poder opinar y entenderlas.
Detrás de cada una de ellas hay una figura masculina muy importante para su desarrollo. Aunque el director no se adentra demasiado en ellos, son personajes bien formados que redondean la historia.
Las actuaciones son un buen espectáculo. Pero he de destacar la de Annete Bening, quizás por bordar el papel más atormentado y dramático y por ser quien arranca unas carcajadas al respetable.
Hay que decir que Madres & Hijas tiene un par de momentos en los que flojea. Como espectadora no me gusta pensar que va a pasar algo y que eso mismo ocurra. Y aunque así sea, esta situación agria no borra el dulce sabor que deja haber visto una película bien hecha y entrañable.
JOSEPHINE