Madres, mamás y mamis

Por Conmdemamá @CONMDEMAMI

Porque hay de todo en la viña del señor, o eso dicen desde hace siglos, cosa que yo personalmente, me creo.
La maternidad es amplia, rica y muy variopinta en todos y cada uno de sus aspectos y de sus participantes. Y dentro de ella, las situaciones también son para todos los gustos.
Me considero una madre amantísima. De hecho, quien me conoce bien, sabe que así es: mi primera opción siempre son los míos y mi última opción también son ellos. Aparco cosas, por puro instinto, porque ser madre ha relegado otros aspectos de mi vida al último puesto, y no me duele, lo hago sin pistola en la cabeza y sin presión de nadie más que mía propia.
Pero señores, hay días en que el aire es tan espeso que asfixia al pasar por la traquea, y siento la necesidad de salir corriendo a levantar la cabeza y coger una gran bocanada de aire fresco. Y necesito hacerlo sola. Lo divertido, mejor diría lo irónico, de esto es que en milisegundos se me pasa y a otra cosa mariposa, acabo sin mover un dedo y sin ir a por esa bocanada. Me puede mi obligación moral como madre, esa sensación de "me sabe mal", a pesar de tener al lado a quien me anima a que escale el Himalaya si hace falta y si es lo que necesito.
Ayer por la mañana fue un día de esos en que "los hubiera regalado". Supongo que, después de dos noches seguidas luchando con los terrores nocturnos de Rubiazo, mi cuerpo y mi mente no estaban muy "Be water, my friend", así que la energía convertida en pillería, trastada y rebeldía de mis dos amores me pilló fuera de juego, pero total. Y yo sólo quería salir corriendo. Hace poco, mi amiga MaJo explicaba esta sensación de sentirse "la última" como algo intrínseco a la maternidad.
Las madres no tenemos superpoderes, eso es una broma que hemos llegado a frivolizar e interiorizar, y claro, nos la hemos creído. Somos humanas. Somos normales. Nos cansamos, señores, sí. Habrá que devolverles el importe de las entradas al espectáculo de la maternidad si esto no es lo que esperaban presenciar.
Yo me canso
Tú te agobias
Ella se agota
Nosotras somos humanas
Vosotras necesitáis un respiro
Ellas también.
Más allá de entrar en polémicas, que me gustan a mí más bien cero coma, recientemente me ha dado por seguir una corriente que yo interpreto con humor e ironía sanos, algo que ha nacido como un movimiento o club de #malasmadres, y que, bajo mi punto de vista, y siguiendo su pretensión original, no tiene otra razón de ser que la de desdramatizar, ironizar y humorizar las situaciones "cansinas" del día a día de la maternidad. Una especie de grito de "no estás sola cuando sientes que necesitas respirar, desaparecer, pegarte la fiesta padre (bueno, madre, ya que estamos)" que muchas necesitamos poder expresar sin temor al qué dirán ni a la crítica por ser "#malasmadres pero de verdad". Porque según lo veo yo, para llegar a esto antes pasas por dejarte el alma y la piel por los tuyos, vamos lo que toca o yo veo como normal, cada una dentro de un estilo y una manera de proceder, gracias al cielo (¡viva la diversidad!); así que lo de "malas" es parte del juego humorístico y la capacidad de desdramatización. Pero como digo, esto me sirve a mí, que soy de vena irónica por naturaleza y me rio hasta de mi sombra (sobre todo de ella).
Las madres somos una especie a parte, con o sin poderes, pero lo somos. Nuestra capacidad de sacrificio nace con nuestros inicios de vientre fecundado o de firme decisión de adopción. Desde ambos momentos, que en realidad cuentan como uno solo porque ambos suponen el inicio de la MATERNIDAD, nuestro "yo" pasa a ser un "nosotros" para siempre. Y nuestra mente jamás funcionará igual. Para bien, y a ratitos de agobio o cansancio brutal, para no "tan bien".
Nadie dijo que ser madre fuera algo fácil o cómodo. Cada madre es un mundo. Cada hijo un planeta. Y a mí me enamora el alma que así sea.
Lo que jamás debe vencernos es la falta de recursos ante ese cansancio físico y mental. Antes de eso: "corred, malditas". ¡Jajajjaja!
Antes de eso, hagámonos el firme propósito de querernos un poquito, de cuidarnos a ratos, de ver más allá de pañales y cremas... Porque si pretendemos ser mamis modernas y no perder el título de "mamis amantísimas", tendremos que ocuparnos de mantener nuestra esencia personal viva, y a partir de ahí, prolongarla a la maternidad en que se ha convertido nuestra nueva vida; y si eso pasa por escaparnos con nuestro amor, saliendo casi a hurtadillas de casa, mientras acabamos de pintarnos en el ascensor, ¡pues a por ello!
Porque... MOMS RULE, OH YEAAAAH!!!!