Madrid 21 de feria: Los tres espadas chocaron con una novillada mansa y descastada como borricos

Por Zubi



Madrid. Lunes 30 de mayo. Novillada 21 de la feria de San Isidro. Plaza de las Ventas: Lleno. Tarde agradable de nubes y claros. Se lidiaron 6 novillos toros de la ganadería de El Ventorrillo. Novillada bien presentada, pero mansa, descastada y falta de fuerza a excepción del sexto que se dejó torear. Abrieron plaza: el mexicano Diego Silveti (ovación  y silencio y dos aviso). Víctor Barrio (ovación y minoritaria petición de oreja y silencio y un aviso) y Rafael Cerro, (ovación y saludo desde el tercio y fuerte ovación).Presidió el festejo Julio Martínez Moreno. Mucho público mexicano en los tendidos, entre ellos Ignacio Garibay, muy recuperado de su herida, que se apoyaba en una muleta.Por Rafael GONZALEZ ZUBIETANovillada insoportable la que ayer tuvimos que soportar todos cuantos presenciamos el 21 festejo de la Feria de San Isidro. Una novillada borriquera, novillos toros enormes y muy bien presentados pero más mansos que los cabestros de Florito, tanto  que el único que se dejó torear y a duras penas fue el sexto que corrió a cargo de Rafael Cerro, un novillero con muy buenas hechuras que toreó con lentitud, temple y seguridad. En ambos novillos estuvo bien… en novillero que quiere llegar a torero. Cerro apuntó muchas virtudes para llegar a ser matador y también algunos defectillos que deberá corregir. Ponía muy bien la muleta y se la echaba muy bien llevando a los toros atados al trapo. Hay que esperarlo. Maneja muy bien el capote y apunta maneras. Digno discípulo de José Ortega Cano, a quien brindó uno de los novillos deseando su pronta recuperación tras el mortal accidente que tuvo el pasado sábado cerca de su finca de La Yerbabuena.Quien no tuvo absolutamente ninguna opción ni suerte con su lote  fue el mexicano Diego Silveti, muy esperado en España y en las Ventas, pero su primero fue un manso pregonao que no quería nada con nadie y que solo pensaba en volver a las dehesa de donde lo habían traído muy a su pesar. Con su segundo se esforzó lo indecible pero nada se puede sacar de un pozo donde no hay agua. El toro era un auténtico borrico al que no se le podía torear. Resaltar que México y sus toreros han dado este año bien la cara en Madrid. Cinco toreros han pasado y han dejado perfume de valentía y que aprietan lo suyo en el ruedo dando la cara. Han dejado aquí unas extraordinarias sensaciones y sobre todo... muchas ganas de volver a verlos torear.  Víctor Barrio  tampoco tuvo demasiada suerte con su novillos que aunque mansos al menos le dejaron que los trasteara. Vino a Madrid muy arropado por sus admiradores. Su labor en ambos novillos fue muy meritoria aunque  poco se pudo ver ya que ambos novillos eran dos cabestros impresentables.