Madrid gobernada por interinos

Publicado el 18 septiembre 2012 por Rgalmazan @RGAlmazan

Es curioso, inaceptable y lamentable que una ciudad y una Comunidad autónoma como Madrid se haya quedado gobernada por interinos.

Sobre la cuestión de la alcaldesa Botella, ya hablé en Kabila, y francamente todos sabemos que está ahí por ser la mujer de, que no por méritos de ningún tipo. Gallardón quería ser ministro y, el precio era subir a la mujer de a las alturas para que fuera aceptado por la troika pepera. Aunque eso llevara un fraude electoral, puesto que era sabido, cuando se celebraron las elecciones municipales, que era cuestión de poco tiempo que iba a ser ministro. Y así ocurrió. Ganó Rajoy, nombró ministro a Gallardón y a la alcaldesa la subieron a los altares madrileños.

Ayer se ha dado el primer paso para que ocurra lo mismo en la Comunidad de Madrid. Como todo el mundo sabe, de forma sorprendente, dimitió Espe Aguirre. Y, según sus palabras y salvo que haya una revolución interna en el PP de Madrid --cuestión poco probable--, le sucederá su mano derecha, el vicepresidente Ignacio González. Es curioso, además de irresponsable y fraudulento, que una mujer con la ambición tan desmedida por el poder como la lideresa, dimita a los dieciséis meses de presentarse, cuando aún quedan más de dos años y medio de legislatura en la C.A.M. Lo que hace pensar que detrás de esta decisión hay algo que no huele bien.

Independientemente de las razones que han llevado a que los gobiernos del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid estén gobernados por interinos –puesto que en ambos casos no iban de cabeza de lista y han sido promovidos, como si fueran una monarquía por sus antecesores— lo grave es la cuestión de fondo. No es de recibo que a los electores de Madrid, el PP nos haya chuleado de esta forma, retorciendo la voluntad popular, una vez más.

Es entendible que en caso inesperado y grave, como puede ser por defunción o por imposibilidad física o psíquica del elegido, haya unas normas de continuidad, puesto que se entiende que no hay una voluntad manifiesta del interesado en dejar el cargo. Lo que no es éticamente correcto es que se ganen elecciones bajo un nombre y al poco tiempo sean otros segundones los que se queden con el gobierno correspondiente.

¿Qué hubiera pasado si a las elecciones de Madrid se hubieran presentado Ana Botella e Ignacio González como cabezas de lista? ¿Hubieran ganado? Chi lo sà. No seré yo quien haga historia ficción, pero estaremos de acuerdo en que no hubiera sido lo mismo. Nadie discute el carisma de Gallardón o Espe Aguirre, por lo tanto es difícil pensar en un resultado similar.

Ante estos desmanes peperos, no cabe otra salida que una corrección ética, para compensar esas dimisiones interesadas. Sólo es posible lavar este fraude con unas nuevas elecciones, donde las cabezas de lista sean los candidatos a gobernar Madrid, y no sus segundones.

Por otro lado es curioso pensar que precisamente un partido que está cargándose a los trabajadores interinos de la Educación, de la Sanidad y de la función pública en general, se dedique a colocar a dos interinos como popes de los gobiernos madrileños. Hoy nuestra Educación pública y nuestra Sanidad pública están en crisis, entre otras cosas, porque se ha recortado prescindiendo del personal interino y por lo tanto haciendo que los profesionales fijos no puedan dar abasto.

Por completar además algo sobre el nuevo presidente en funciones de la C.A.M., Ignacio González, diremos que además de no haber sido elegido para tal función, es un personaje oscuro. Así lo demuestra sus “raros affaires políticos” tales como la foto con esa bolsa en Colombia que nunca nadie supo que contenía, o la cuestión de los espionajes que dice haber recibido por su excompañero Granados, o la historia del ático marbellí cuyo propietario tiene que ver con algún paraíso fiscal. En fin, a esto añadir que el personaje –esta es la parte que me parece más positiva— provoca un rechazo claro en Génova.

No es posible tragar con estas mamandurrías (éstas sí que lo son), no se puede aceptar gente que no ha sido votada para ser candidato. La única solución con González, al igual que pedí en el caso de Botella, es exigir unas elecciones para que si quiere ser el líder sea revalidado por los ciudadanos. Si no, será otra espina clavada.

Hay que exigir elecciones a la C.A.M., y si quieren que gobierne González que le presenten como candidato.

Salud y República