Madrid, pueblo a pueblo, con niños (IV): Puebla de la Sierra

Por Qhacerconninos @QHacerConNinos

Un pueblo de cuento. No exageramos, Puebla de la Sierra -a algo más de 100 kilómetros al norte de la capital madrileña- es un municipio que enamora. Se encuentra en pleno centro de la Sierra del Rincón, declarada por la UNESCO Reserva de la Biosfera en 2005, está cruzado por el cristalino río Puebla. Aislado, en cerca de 18 kilómetros a la redonda, de otros pueblos, se encuentra enclavado en un entorno de una increíble belleza. Grandes bosques de pinares y robles autóctonos jalonan la carretera de acceso. Y, una vez en el centro urbano, os encontraréis con casas de piedra oscura cuyas ventanas, puertas y alguna otra parte de los edificios están enmarcados en madera, que sus propietarios restauran y cuidan con mimo.

La Puebla de la Sierra se divide en dos por la Calle de la Cruz, que transcurre desde el Puerto de la Puebla y, tras un vado, asciende al antiguo Lavadero. En el pueblo también se mantiene la vieja Fragua, en la que sus primeros habitantes trabajaban los metales. Y es de destacar el encanto de su plaza central. Pero vamos a sus orígenes... y a sus propuestas actuales. Las de siempre son los más bellos y placenteros paseos por una naturaleza en pleno esplendor.

Un municipio medieval que enamora

Aunque hay quienes señalan su origen islámico, casi todo apunta a que fue en el siglo XII -concretamente en 1304- cuando empezaron a aparecer poblaciones estables, que, por razones defensivas, se establecieron en la zona de la Comarca de Buitrago. Su primer nombre fue el de Puebla de la Mujer Muerta -también conocido como Aldea de la Mujer Muerta- y con él se mantuvo hasta 1940, cuando el gobernador civil de la provincia decidió cambiar el nombre que hacía referencia a un pequeño conjunto de elevaciones montañosas que asemejaban a una mujer durmiente. Fue entonces cuando el Marqués de Santillana le otorgó el título de villazgo. En el siglo XVI se construyó el edificio del Ayuntamiento y la Fragua y se levantó la ermita de Nuestra Señora de la Soledad.

Con estos avances y lo que hoy se denomina Fuente Vieja la villa se comenzó a poblar y los trabajos se dividieron entre la ganadería, el forjado de metales y sus valorados telares.

Zonas de relax, picnic y senderismo

En el camino hacia Robledillo de la Jara, a unos 17 kilómetros de Puebla de la Sierra, está la zona recreativa La Tejera, Parque Avellanos. Es un lugar ideal para realizar un picnic en medio del bosque, en el que también podréis ver los denominados tinados, que eran las casas de pastoreo de ovejas que pastaban en verano, y los lavaderos de lino -tejido de elaboración tradicional de la zona-. Desde allí parten distintas zonas de senderismo, alguna de ellas de cierta dificultad, debido al desnivel, si vais con peques, como la del Cerro Larda, o la senda de los Robles Centenarios, un agradable recorrido circular de unos 3,5 km bordea un vetusto robledal con ejemplares icónicos de grandes raíces. Pero el hecho de pasear por los bosques ya es un privilegio.

Cerca de Puebla de la Sierra y pertenecientes también a la Reserva de la Biosfera hay otros pueblos que visitar con muchísimo encanto. Capitaneados, quizás, por Montejo y su atractivo y valorado Hayedo de Montejo -el más popular de la península- están Prádena del Rincón, Horcajuelo de la Sierra y La Hiruela. Del último ya os hemos dado referencia. De los otros os descubriremos sus atractivos. Denominados hace años como pueblos de la Sierra Pobre de Madrid, son hoy bellos reclamos de la comunidad autónoma, que os animamos a visitar.

Y un museo de arte en plena naturaleza

Por si no fuera suficiente con la belleza de la villa y del entorno, la zona cuenta con El valle de los sueños, un auténtico museo al aire libre. Se trata de un parque escultórico para disfrutar exteriormente de 113 obras de 63 escultores. Antes de iniciar el recorrido al aire libre -que se puede realizar autoguiado o con visita guiada en grupos de 10 personas (cumpliendo escrupulosamente el protocolo COVID) y, en cualquier caso, acompañados por un trabajador del museo- en el centro de interpretación se realiza una proyección como introducción a la visita gratuita. El recorrido, adaptable, es de unas dos horas de duración. Se parte de la Plaza Carlos Ruiz, 1, que es donde está ubicado el Ayuntamiento y la Oficina de Turismo del municipio. El horario de visitas guiadas es de jueves a domingos, de 10:00 a 18:00. Más información en sierranortemadrid.org/el-valle-de-los-suenos.

Pero, además, en la misma plaza de la que parte el recorrido y por iniciativa del pintor Federico Eguía se llegó a un acuerdo con la entidad artística japonesa Reijinsha para la creación del Museo de Dibujo, Obra Gráfica y Obra Contemporánea Japonesa (también de acceso gratuito). En él se pueden ver los destacados trabajos de pintores españoles contemporáneos (Picasso, Tàpies, Barceló, Antonio López, Arroyo, Feito...) y pintura japonesa del siglo XX y XXI. El horario es de 11:00 a 13:00 y de 16:00 a 18:00. Solo los sábados.

Comer con gusto y (buena) vista

La carne de la Sierra del Rincón es una de sus joyas gastronómicas. En muchos de los pueblos de la zona se sirve la de Indicación Geográfica Protegida Carne de la Sierra de Guadarrama, que convierte en estrellas todas las elaboraciones realizadas con ella (chuletón, entrecot...). Cualquier propuesta la brasa es siempre alabada (cordero asado, chuletillas...). Pero si de otra propuesta presumen en la zona es del guiso de judiones con carne y patatas, que se suele acompañar con excelentes ensaladas de verduras de su huerta. Los torreznos preceden muchas comidas o presiden aperitivos de atardecer. Pero, además de la carne, si queréis regresar con un 'compañero' para la cocina, optad por su miel, que suele aderezar muchos de sus platos, y no solo postres (aunque está de chuparse los dedos con la cuajada).

En Puebla de la Sierra hay algunos bares muy agradables en los que degustar buenas raciones, pero a la hora de sentaros a la mesa - y además disfrutar de bellas vistas de todo el valle, desde los ventanales o la terraza- acudid a la Posada de la Puebla, que es también hotel y está en la plaza principal (Plaza Carlos Ruiz). Sobre sus manteles podréis disfrutar de sus ya famosas patatas resecas, de las reconocidas carnes o de unas sabrosas gambas al ajillo, entre otras propuestas, y de postres caseros. Para reservar y consultar horarios, llamad al teléfono 91 869 72 56. También podéis encargar comida para llevar.