La magia, el colorido de las luces y el olor a castañas, chocolate y churros inundan las principales plazas de Madrid en estos días. Llega la Navidad y por ende sus tradicionales mercadillos.
Será por el transcurso de los años pero, cada vez que me he trasladado a Madrid, mi ciudad natal, siempre me sale la misma frase: “este no es mi Madrid, que me lo han cambiado”. Es la consecuencia lógica del desarrollo de una gran ciudad, villa y corte, máxime cuando me alejé físicamente de ella hace ya casi cuarenta años. Sin embargo hay cosas que, por muy transcurrir de los tiempos, nunca fallan; están ahí con la misma esencia de antaño y eso es lo que le ocurre al principal Mercado de Navidad de Madrid, el de la Plaza Mayor.
La Plaza Mayor, la plaza de mayor belleza de la capital, queda ocupada por más de un centenar de casetas en la que se exponen y venden cualquier tipo de producto relacionado con la Navidad. Estando también próximo a estas fechas el tradicional día de los Santos Inocentes (28 de diciembre), más de una decena de casetas, que se instalan en la aledaña Plaza de Santa Cruz, se especializan en los artículos de broma.
Ya hemos mencionado el aledaño de la Plaza de Santa Cruz, que se puede considerar una extensión del de la Plaza Mayor. Allí encontrarás cualquier artículo de broma.