La mayoría de los jóvenes de ahora, parecen niños todavía. Son mayores de edad cuando les conviene, y siguen pensando que el papito o la mamita o los dos a la vez, van a solucionar sus ocasionales problemas que se les presenta en el diario vivir. En los tiempos de antes, la necesidad te hacía pensar, la necesidad te hacía actuar y madurabas más rápido de lo esperado y te decían: "Tranquilo no más, todo llega a su momento". Y cuando llegaba uno a la mayoría de edad, cuando era uno un ciudadano con documentos, ya te valías por ti solo y no necesitabas que te digan una y otra cosa, porque te sentías capaz de solucionar tus propios problemas sin intervención de otra persona en tu vida. Ahora, ¡Qué se van a poner unas zapatillas remendadas con pita o con lana no! Ahora tienen que ponerse zapatillas de marca, ¡Y para qué! Para poder competir con el supuesto amigo y ser mejor que él, según sus ligeros pensamientos que lleva por dentro. Antes, la comida se apreciaba, no había nada de que eso no me gustaba, de que eso estaba feo, que deberías cocinar otra cosa, ¡no! ¡Qué íbamos a dejar el plato lleno o a medio terminar! Al contrario, nos faltaba más, con la energía que dejábamos en las calles cuando jugábamos, todo nos parecía delicioso. Pero ahora no, ahora preguntan qué han cocinado y si no le gusta, mamita les prepara un plato extra y adiós problema. Las palabras valor y necesidad se encuentran pisoteados en el mismo suelo. La madurez es importante en nuestras vidas, un hombre independiente (sea hombre o sea mujer) es consciente de su realidad, es consciente que su madre y su padre no son eternos y que en un futuro cercano, deben empezar a formar una nueva familia y enseñar a sus descendientes, verdaderos valores para que puedan crecer íntegramente y valerse por sí solos cuando les toque lidiar con los problemas del diario vivir. Debemos ser conscientes que venimos solos al mundo y del mismo modo nos vamos solos de este mundo. Cuando aprendemos a valorar a los seres en general, aprendemos a cooperar y a cuidar lo poco o lo mucho que tenemos con amor y comprensión.
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