Es increíble que haya que seguir soportando las baladronadas, insultos y desafíos de este antropoide zafio y gritón que tanto daño está causando en su país. Avanza con paso firme hacia una dictadura sin cortapisas ni eufemismos. Anula el poder legislativo y se propone designar una nueva Asamblea Constituyente, reprime a tiros a los manifestantes y crea una milicia armada por si surgen dudas en su guardia nacional.
Sanciones económicas internacionales o embargos serían contraproducentes porque empobrecerían aún más a los venezolanos.
La solución más rápida estaría en manos del Éjército, que debería ponerse de parte del pueblo aunque sus mandos deben estar convenientemente corrompidos.
Hasta el mismísimo Simón Bolívar- al que tanto invocan-reprobaría su conducta.