Pocas experiencias humanas alcanzan la plenitud de la maternidad, esa función orgánica que acerca a la mujer al rango de los dioses, pues le otorga el sagrado privilegio de crear vida. Y pocas experiencias humanas se dilatan tanto en el tiempo como esa dedicación entrañable, que convierte a la madre, por lo general, en cuidadora perpetua de sus vástagos.La escritora Zaida Sánchez Terrer mezcla ambas nociones en el original título de este volumen de cuentos que acaba de publicar MurciaLibro, donde se nos habla de adopciones movidas por un impulso azaroso (“Reconocimiento”); madres que comprenden el espíritu que alienta dentro de sus hijas, estando ya en el lecho de muerte (“El último secreto”); mujeres maduras que sufren un abandono conyugal y que deben pensar en la reconstrucción de sus vidas, por ellas y por sus hijos (“Comienzo”); diarios recuperados al cabo del tiempo, que permiten conocer a la persona que los escribió (“Ella, mi madre”); partes tortuosas de nosotros mismos, que emergen cuando nos hallamos saturados por la fatiga, la crianza o la ira (“El monstruo que llevo dentro”); o historias conmovedoras e ilustrativas, como la de la joven republicana Ángela, quien sufre los golpes abrumadores de la guerra civil y las represalias rencorosas de la postguerra, y que consigue mantenerse en pie contra todo pronóstico gracias al amor (“Orfandad”). También, para completar el ambicioso fresco narrativo, la autora nos propondrá relatos ambientados en un viaje espacial que se dirige hacia Marte, madres que se ven despojadas de sus bebés mientras ejercen la prostitución o parejas de lesbianas que difieren en la idea de tener o no tener una criatura.En este amplísimo abanico de temas y situaciones, el lector encontrará todo un mundo de propuestas, llenas de elegancia formal y buena literatura, que le harán sonreír y llorar, reflexionar y comprender; pero que, fundamentalmente, le harán sentir. Es el atributo de los buenos libros.
Pocas experiencias humanas alcanzan la plenitud de la maternidad, esa función orgánica que acerca a la mujer al rango de los dioses, pues le otorga el sagrado privilegio de crear vida. Y pocas experiencias humanas se dilatan tanto en el tiempo como esa dedicación entrañable, que convierte a la madre, por lo general, en cuidadora perpetua de sus vástagos.La escritora Zaida Sánchez Terrer mezcla ambas nociones en el original título de este volumen de cuentos que acaba de publicar MurciaLibro, donde se nos habla de adopciones movidas por un impulso azaroso (“Reconocimiento”); madres que comprenden el espíritu que alienta dentro de sus hijas, estando ya en el lecho de muerte (“El último secreto”); mujeres maduras que sufren un abandono conyugal y que deben pensar en la reconstrucción de sus vidas, por ellas y por sus hijos (“Comienzo”); diarios recuperados al cabo del tiempo, que permiten conocer a la persona que los escribió (“Ella, mi madre”); partes tortuosas de nosotros mismos, que emergen cuando nos hallamos saturados por la fatiga, la crianza o la ira (“El monstruo que llevo dentro”); o historias conmovedoras e ilustrativas, como la de la joven republicana Ángela, quien sufre los golpes abrumadores de la guerra civil y las represalias rencorosas de la postguerra, y que consigue mantenerse en pie contra todo pronóstico gracias al amor (“Orfandad”). También, para completar el ambicioso fresco narrativo, la autora nos propondrá relatos ambientados en un viaje espacial que se dirige hacia Marte, madres que se ven despojadas de sus bebés mientras ejercen la prostitución o parejas de lesbianas que difieren en la idea de tener o no tener una criatura.En este amplísimo abanico de temas y situaciones, el lector encontrará todo un mundo de propuestas, llenas de elegancia formal y buena literatura, que le harán sonreír y llorar, reflexionar y comprender; pero que, fundamentalmente, le harán sentir. Es el atributo de los buenos libros.