En la Feria del Libro celebrada en Buenos Aires, Quino ha estado firmando ejemplares de sus obra y ha participado en un acto en el que ha respondido a las preguntas de sus lectores. Ha recordado que la sopa, el alimento odiado por Mafalda hasta extremos insospechados , era una alegoría. “… a los movimientos militares que teníamos que tragarnos”. En un principio, la tira iba dirigida al público adulto.
Lo leo y pienso que , ahora, nos siguen dando sopa. Es de otro color y tiene otro sabor y la han enriquecido con términos “participativos” ( léase, la democracia de nuestro sistema electoral o la pastillita de Avecrem. La que hace chup chup…) para que nos entre mejor.
Para mí, la sopa-de-hoy es una alegoría de nuestros políticos que, de una manera sorprendente , se están convirtiendo en… sopa. Los que gobiernan (y gobernaron) nos la están dando con “hondas” . Los pequeños, los nuevos, se ahogan en la sopa…
Y, mientras se pelean para ver cómo nos la sirven ( calentita, tibia, con fideos o en plan consomé), dejan sin sopa a la gente que más lo necesita. Diputaciones, las que quieras. La Ley de la Dependencia, agonizando…Desahucios, hoy, otra muerte…
Hay…indigestión de sopa y ganas de …vomitar.
Odio la sopa.
NB : ¿La honda es “honda” u “onda”?” ¿Se debe escribir «dar sopas con honda» porque una de las antiguas acepciones de «sopa» es la mencionada en un pasaje del Quijote: «sopa de arroyo», que es lo mismo que «guijarro» o piedra suelta. Así que da sopas con honda a otro quien demuestra mayor pericia o fuerza al emplear la honda, y más si consigue acertar con la «sopa» –el proyectil- en la cabeza del contrincante”. ( ‘Juego de palabras’ del suplemento cultural ‘Territorios’ de El Correo, 14.3.06.).