- Añade el huevo y cuando empiece a espumar, incorpora el azúcar, la ralladura de limón y 10 ml. de zumo natural de limón. Bate a velocidad media/alta hasta que blanquee y doble su volumen, te llevará unos 6 minutos.
- Cuando haya doblado su volumen (la masa quedará un poco espesa) y habrá cogido un color blanquecino, ya podrás añadir el aceite.
- Con la máquina en marcha, ve añadiendo poco a poco el aceite (el aceite, mejor que sea suave, lo ideal es mitad girasol y mitad oliva.).
- Mezcla la harina y la sal. Tamiza.
- Sin dejar de batir, incorpora en 2/3 veces la harina y la sal tamizada.
- Finaliza batiendo a velocidad rápida durante 1 minuto.
- Por último, reserva en la nevera unas horas (entre 2 y 24 horas). Lo dejé 4 horas.
- Precalienta el horno 15 minutos a 250ºC con aire (yo no tengo pero no importa) arriba y abajo.
- Saca la masa 1/2 hora antes de la nevera y remueve un poco, añade 1 cucharada de zumo de limón (15 ml.), mezcla bien con ayuda de unas varillas, y añade 1 nueva cucharada de zumo de limón (15 ml.), mezcla nuevamente con las varillas.
- Coloca en un molde de magdalenas los papelitos y reparte la masa (mejor con una manga pastelera).
- Si quieres que tengan mucho copete, deberás rellenar hasta 3/4 partes del molde.
- Antes de introducir en el horno, puedes añadir un poco de azúcar, pepitas de chocolate, mermelada o frutos secos.
- Coloca a mitad de horno menos una ranura y baja la temperatura a 210ºC.
- Dependerá de cada horno y el tamaño. Las pequeñas unos 15 minutos y las grandes unos 20 minutos.
- Se sabe que están por el color, y el truco es pinchar con un palillo. Cuando salga limpio, es hora de retirarlas.
- Deposita las magdalenas sobre una rejilla.
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