He utilizado una fruta muy veraniega y que dura muy poco en el mercado, los albaricoques. Cuanto mas maduros estén mejor, nos aportarán un toque dulzón a la receta y un sabor increíble. Así damos comienzo a primer día de Agosto por todo lo alto con algo dulce y riquísimo.
No ha subido mucho, no tienen un copete alto y no las hace visualmente llamativas pero si lo tienen en lo ricas que están. Es una mezcla jugosa, esponjosa, con contrastes de sabores de ácido (por los albaricoques) y el dulzor propio de una magdalena. El queso hace que quede una masa muy suave. En definitiva... las tienes que hacer y darte el capricho como yo he hecho.
¡Ah! y no te he hablado del crujiente. ¡Ay! es maravilloso. Congenia perfectamente con la magdalena, con ese sabor a canela tan fantástico.
- 80 g de mantequilla a temperatura ambiente.- 110 g de azúcar.- 300 g de albaricoques (unas 6 unidades).- 2 huevos.- 1 cucharadita de extracto de vainilla.- 150 g de queso de untar.- 130 g de harina.- 1 sobre gasificante de El Tigre.- Una pizca de sal.- 1/2 cucharadita de canela molida.Para el crujiente:- 15 g de mantequilla. - 25 g de azúcar.- 1 cucharadita de canela molida.
Preparación:
Batir la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una mezcla blanquecina. Añadir los huevos uno a uno, no incorporar el siguiente hasta que el anterior este completamente integrado en la masa. Agregar el queso de untar y el extracto de vainilla y batir, no en exceso solo hasta que se mezcle. Es el momento de añadir los ingredientes secos como son la harina, el gasificante, la sal y la canela; todos ellos tamizados. Batir hasta lograr una masa uniforme. Incorporar los albaricoques sin pepita y sin piel y troceados en cachitos pequeños. Repartir en la masa. Verter en las capsulas de magdalenas que habremos colocado dentro de un molde rígido de muffins. Hornear, horno precalentado con calor arriba y abajo a 180º, 20-25 minutos o hasta que los pinchemos y el palillo salga limpio. Una vez horneadas sacar del horno y dejar enfriar por completo sobre una rejilla. Una vez frías preparar el crujiente. Mezclar el azúcar y la canela. Derretir la mantequilla, pincelar cada magdalena (lo haremos en tandas de dos) y espolvorear la mezcla de azúcar y canela hasta crear una capa uniforme.