Magdalenas de nata

Por Bizcochodechocolate @quintano

 Este fin de semana ya ha sido otoñal y apetecía quedarse en casa. Tarde de sábado, relajados en casa... Y surge la petición...
-¿Mamá, hacemos bizcocho de nata?- dice una de mis hijas. 
- Ay, no .... mejor magdalenas de chocolate blanco- dice otra.
Y aquí una madre-salomón que intenta dar gusto a todas: - ¿Y si hacemos magdalenas de nata?- (más que nada, porque tengo nata fresca, pero no chocolate blanco,....jajajaja)

Y dicho y hecho, en un rato ya olía la casa a magdalenas recien horneadas. Busqué por internet varias recetas, e hice ésta de Mi Dulce Princesa con ligeras modificaciones.
Ingredientes:
- 350 gr de harina bizcochona (con levadura integrada).
- 250 gr de azúcar.
- 250 gr de aceite de girasol.
- 1 tarrina de 200ml de nata fresca.
- 4 huevos.
- Un poco de ralladura de limón.
Preparación:
Antes de empezar a hacer la masa, precaliente el horno a 250ºC.
Batimos los huevos e incorporamos el azúcar, mezclándolo muy bien (yo sigo el consejo de Carmen en bizcochos y magdalenas de esta mezcla prepararla en un cazo al fuego, flojito, así coge más consistencia y luego es más esponjoso el resultado).
Añade después la ralladura del limón e incorpora poco a poco el aceite. Pon la nata fresca y remueve hasta que esté bien incorporada y la masa sea homogénea.
Por último, añade la harina (mejor tamizada) y remueve hasta que no haya grumos.
Rellena los moldes con la masa de las magdalenas y pon un poquito de azúcar por encima (esto es opcional).
Respecto al tiempo de horneado, ya sabes que depende del horno (mi horno además últimamente hace cosas muy raras y me obliga a estar mirando casi cada minuto). En la receta de Mi Dulce Princesa, se indica que se hornea a 250ºC, y se pincha con un palito a los 15-20 minutos hasta que sale seco, pero además da la siguiente recomendación: Las he tenido unos 5 minutos a 250º, otros 5 minutos a 200º y los últimos 5 minutos a 180º. 
Yo seguí esta última recomendación pero las saqué antes de que se terminasen los últimos 5 minutos porque ya se estaban dorando de más. Lo dicho, cada horno es un mundo.