Cuando Eugenio llama hay que ir o, al menos, intentarlo porque nunca defrauda.
En la tarde de ayer nos congregaba para hablar de azafrán.
Pedro Pérez, gerente de la DOP Azafrán de la Mancha disertó sobre los secretos de azafrán y Rafael Prades, divulgador gastronómico, nos ofreció un delicioso postre elaborado con el dorado tesoro. Tampoco faltó un pan de azafrán salido del obrador de Pancontigo.
Una tarde ilustrativa, entretenida y, sobre todo, una tarde para disfrutar: Eugenio dice que Pancontigo es el lugar donde se cuece la magia y no le falta razón, pero es una magia sin truco. No es magia de ilusionista, es magia sin trampa ni cartón, es la magia que se crea cuando coinciden las gentes de buen comer. Cofrades veteranos, cocineros, cocinillas, periodistas o escritoras. Nunca falta la conversación, se derrocha camaradería y siempre falta tiempo. Nos quedamos con ganas de más. Esta vez han sido esas delicadas hebras, hilos de fuego, que entrelazan la esencia de la tierra y el sol y llenan de color y sabor nuestros platos desde hace siglos. La próxima… quién lo sabe, pero que sea pronto.