Mi amiga Cris, entre hoguera y hoguera, me contó ayer que en su casa de pequeños su madre hacía un ritual a las 12 de la noche, abría un huevo en un vaso de agua, le dejaba toda la noche en la ventana y al día siguiente todos los hermanos se levantaban con la ilusión de ir corriendo a ver qué forma había adoptado la clara del huevo. Me los estoy imaginando, jajaj, me encanta. Con su ilusión de niños siempre esperaban que las claras pareciesen las velas de un barco. No lo había escuchado nunca, claro que me faltó tiempo y en cuanto llegué a casa, me puse a ello.
Busqué una copa bonita y un huevo.
Llené la copa de agua.
Y ahí metí el huevo. Dejé la copa en el jardín, ayer la noche era totalmente mágica.
A las dos horas, parece que mi velero ya empezaba a flotar, jajaja.
Me fuí a la cama a soñar con mi barco de vela, que significaría un año venturoso para tod@s.