En muchos casos, la fragilidad es la máscara bajo la que se esconde la diferencia, la personalidad, la autenticidad. A menudo tengo la impresión de que con nuestra corrección, con la cuadrícula globalizada y alienada en la que hemos convertido nuestras vidas y sociedades, encerramos en el torreón de la fragilidad a todos aquellos que son diferentes, y que no pretenden recorrer el mismo camino siguiendo los pasos señalados en el alquitrán. Tal vez por eso la fragilidad nos embauca, ya que nos muestra el feliz sueño que nos invade cuando cerramos los ojos. En Magical Girl la fragilidad es la ventana abierta a un mundo desconocido. Ese mundo que, aparentemente, no queremos conocer pero que contemplamos abriendo una rendija entre nuestros dedos.
En muchos casos, la fragilidad es la máscara bajo la que se esconde la diferencia, la personalidad, la autenticidad. A menudo tengo la impresión de que con nuestra corrección, con la cuadrícula globalizada y alienada en la que hemos convertido nuestras vidas y sociedades, encerramos en el torreón de la fragilidad a todos aquellos que son diferentes, y que no pretenden recorrer el mismo camino siguiendo los pasos señalados en el alquitrán. Tal vez por eso la fragilidad nos embauca, ya que nos muestra el feliz sueño que nos invade cuando cerramos los ojos. En Magical Girl la fragilidad es la ventana abierta a un mundo desconocido. Ese mundo que, aparentemente, no queremos conocer pero que contemplamos abriendo una rendija entre nuestros dedos.