Hace unos meses fuimos al Valle de Aran con unos amigos y nos pasamos, como siempre, por una carnicería de Vielha donde nos encanta entrar a “pecar”. Esta vez nos decidimos por un magret de pato que tenía una pinta increíble. Al llegar a casa lo congelamos a la espera de un día en el que nos apeteciera danos un homenaje… y ese día ya ha llegado.
Noe y David