A mediados de octubre de 1917 los aliados llegaron a Mahiwa. La localidad estaba flanqueada por el cauce de un río seco, al norte, y altas montañas al sur, entre ambos accidentes geográficos se abría una despejada planicie fácilmente defendible.
Von Lettow era consciente de que solamente sus tácticas de guerrillas no eran suficientes y necesitaba a toda costa disminuir la presión aliada sobre sus tropas, así que ordenó a Wahle defender Mahiwa y disponerse para el combate. El 17 de octubre de 1917 una fuerza aliada al mando del Brigadier Baves, compuesta por más de 6.000 soldados inició un ataque frontal contra las trincheras defendidas por 1.500 askaris del general Wahle, los cuales contaban con el apoyo de varias ametralladoras pesadas y los cañones del Köenisberg, servidos por la tripulación del barco.Pero para los alemanes la victoria había tenido un elevado costo, no solamente por las bajas, tropas que serían del todo irreemplazables, sino además en munición, ya que prácticamente se habían agotado las existencias de cartuchos tras cuatro días de combate. La realidad es que tras la batalla la capacidad de von Lettow de lanzar nuevas ofensivas quedaba prácticamente neutralizada. Así que el 6 de noviembre de 1917 reunió a sus oficiales para tratar la situación.
Les quedaban 4.000 askaris y un número parecido de porteadores, 400.000 cartuchos, solamente la mitad de lo gastado en la última batalla, comida para seis semanas y quinina para no más de un mes.
Frente a ellos un enemigo que podría seguir recibiendo tropas de refresco, suministros mientras fuese necesario y que poco a poco iba comprendiendo la forma de combate en África. El objetivo seguía siendo el mismo mantener a la Schutztruppe en condiciones de combate y distraer recursos enemigos el mayor tiempo posible.
Así que si hasta la fecha sus taticas no habían sido muy convencionales ahora se decidió recurrir a otras todavía menos ortodoxas, por lo que en vez de seguir defendiendo su propio territorio decidió invadir la colonia portuguesa de Mozambique.
El 25 de noviembre de 1917, dejando tras de sí a heridos y enfermos, los restantes 300 alemanes, 1.700 askaris y 3.000 porteadores de la Schuztruppe cruzaban el río Rovuma y se internaban en el África Oriental portuguesa.