A través de personas y hechos verídicos este drama que gira alrededor del terrorismo en España, trata temas como la superación, la redención, el arrepentimiento y sobre todo el perdón. Y lo mejor de todo es que lo hace sin necesidad de buscar la lágrima fácil ni de hurgar en lo escabroso, lo que no impide que el nivel de congoja mientras la ves aumente exponencialmente hasta un desenlace cinematográfico que continua en la vida real. La clave para que no estemos ante otra producción más sobre un tema tan manido son las actuaciones de Tosar, Portillo, y sobre todo de Urko Olazabal, que aún siendo menos mediático que los dos cabezas de cartel, interpreta de forma magistral un personaje fundamental de la película.
Mi puntuación: 7/10