“Cortázar –continúa David Torres– escribió una vez sobre un concierto donde el estruendo de los aplausos era tan enorme que empezaba a parecerse al silencio. Aquí ocurre exactamente al revés: el silencio resulta tan unánime que te deja sordo. Al fin y al cabo no se trata de una noticia con veinte años de retraso, como la del rey con la futura domadora de elefantes, una exclusiva que había permanecido dos décadas en la sección de ultracongelados y que en su día ya había dado otro periódico. Por eso no es sencillo explicar los resortes ocultos de este silencio sobre un chantaje policíaco a la Casa Real sabiendo que implica elementos tan jugosos como las cuentas secretas de Corinna en Suiza y en Turquía, la larga sombra del ministro del Monólogo Interior Fernández Díaz, el ínclito y ubérrimo pequeño Nicolás o el no menos ínclito y ubérrimo comisario Villarejo. Probablemente haya una razón más pedestre para que la ciudadanía española, desde hace muchos años, haya decidido mirar para otro lado en todo este feo asunto de pagarle al Campechano sus rolletes extramatrimoniales con dinero de los fondos reservados. Somos esa clase de país donde mejor pasar por sordo que pasar por tonto. No me hagan mucho caso, pero me da a mí que todo este vertedero va a dar mucho juego en el Sálvame De Luxe”.
“Cortázar –continúa David Torres– escribió una vez sobre un concierto donde el estruendo de los aplausos era tan enorme que empezaba a parecerse al silencio. Aquí ocurre exactamente al revés: el silencio resulta tan unánime que te deja sordo. Al fin y al cabo no se trata de una noticia con veinte años de retraso, como la del rey con la futura domadora de elefantes, una exclusiva que había permanecido dos décadas en la sección de ultracongelados y que en su día ya había dado otro periódico. Por eso no es sencillo explicar los resortes ocultos de este silencio sobre un chantaje policíaco a la Casa Real sabiendo que implica elementos tan jugosos como las cuentas secretas de Corinna en Suiza y en Turquía, la larga sombra del ministro del Monólogo Interior Fernández Díaz, el ínclito y ubérrimo pequeño Nicolás o el no menos ínclito y ubérrimo comisario Villarejo. Probablemente haya una razón más pedestre para que la ciudadanía española, desde hace muchos años, haya decidido mirar para otro lado en todo este feo asunto de pagarle al Campechano sus rolletes extramatrimoniales con dinero de los fondos reservados. Somos esa clase de país donde mejor pasar por sordo que pasar por tonto. No me hagan mucho caso, pero me da a mí que todo este vertedero va a dar mucho juego en el Sálvame De Luxe”.