
Leopold Stokowski y la Orquesta Sinfónica de Filadelfia ocupan sus respectivos lugares, mientras un narrador distingue entre los distintos tipos de música: la música que narra una historia, la que dibuja un cuadro y la «música pura», cuya existencia se justifica por sí misma. Esta última es ilustrada por la Tocata y Fuga de Bach, a la que seguirá una versión bailada de la Suite del Cascanueces de Tchaikovsky. Aparece luego Mickey Mouse, representando El Aprendiz de brujo de Dukas y, a continuación, el ciclo del nacimiento y la regeneración de la tierra sirve para ilustrar La consagración de la primavera de Stravinsky. Ninfas y centauros escenifican la Sinfonía Pastoral de Beethoven, y un ballet interpreta La danza de las horas de Ponchielli. Finalmente, tras el Dios Negro de la Noche en el monte pelado de Mussorgsky, llega la serenidad del Ave Maria.