Makt Myrkranna

Publicado el 12 marzo 2025 por Tzimize @tzimize
En 1901 se publicó Drácula en Islandia, como Makt Myrkranna (El poder de las tinieblas) que fue la tercera versión traducida de Drácula, precedida por la edición húngara de 1898 y la edición sueca de 1899 (publicada serialmente en un periódico).  En Makt Myrkranna la extensión del viaje de Harker a Transilvania ha aumentado de las aproximadamente 22.700 palabras en Drácula a las alrededor de 37.200 en Makt Myrkranna, lo que supone un sesenta y tres por ciento más. El resto de la historia, por el contrario, ha pasado de las 137.860 palabras a las 9.100, lo que representa una reducción del noventa y tres por ciento. Este espectacular cambio de proporciones impide, por sí solo, describir Makt Myrkranna como «una traducción reducida» de Drácula. La parte de la historia situada en Transilvania no se ha recortado en absoluto, mientras que el resto del relato se ha encogido hasta quedar convertido en un mero remate. El argumento de Makt Myrkranna también contiene nuevos elementos, mientras que buena parte de los episodios situados en Whitby y en Londres han sido omitidos y la persecución de todo el grupo por Europa, a través de Moldavia y Transilvania, ha sido eliminada por completo.
En Drácula, la única compañía de Harker durante su visita al castillo del conde es el propio conde, con la excepción de un pequeño interludio con tres provocativas vampiresas. En Makt Myrkranna, el joven abogado (llamado
aquí Thomas) es recibido en el castillo por una misteriosa anciana que se presenta como el ama de casa del conde. Poco después, una seductora vampiresa rubia empieza a desempeñar un importante papel en la desesperada existencia de Harker; sus recurrentes encuentros secretos se van haciendo más íntimos y el remilgado caballero inglés demuestra ser algo más que una mera víctima pasiva. Además, el conde muestra a Harker una galería de retratos familiares. La segunda gran diferencia entre Drácula y Makt Myrkranna es que el formato epistolar desaparece. En la versión islandesa es un narrador omnisciente quien nos guía a través de la historia. Para su edición se encargó a Stoker un prólogo. De él proceden unas líneas que dicen así:  

"Pero los hechos no admiten duda, y hay tanta gente que los conoce que no pueden negarse. Esta serie de crímenes aún no se ha borrado de nuestra memoria, una serie de crímenes que parece tener el mismo origen y que al mismo tiempo provocó tanta repugnancia en gente de todo el mundo como los crímenes de Jack el Destripador, que entraron a formar parte del relato poco después. Mucha gente buceará en sus recuerdos para encontrar al notable grupo de extranjeros que durante varias temporadas jugaron un
papel importante en la vida de la aristocracia aquí en Londres, y algunos recordarán que uno de ellos desapareció de repente sin razón aparente y sin dejar ningún rastro"
.

Makt Myrkranna
La serie de crímenes a las que Stoker hace referencia son las sangrientas fechorías del vampiro. Se refiere a ellas como hechos reales. Incluso llega a ir más lejos, y declara que conoce la verdadera identidad de los protagonistas, unos buenos amigos suyos. ¿Por qué Stoker rompería la farsa permitiéndose un comentario así aunque fuese para lectores tan distantes como los Islandeses? ¿Y es un mero comentario canalla de quien se lo quiere permitir, o apunta a la participación del propio Stoker en los sucesos?  Otros (como Hans C. de Roos) consideran errores de traducción en el Makt Myrkranna, que harían cambiar la interpretación de ese párrafo del prólogo, para referirse a los crímenes del descuartizador del Tamesis.  Hans C. de Roos nos dice 
Estos «Misterios del Támesis» provocaron tanta inquietud en la ciudadanía como lo harían los asesinatos del Destripador un año más tarde. Y cuando en octubre de 1888 se descubrieron torsos femeninos en el solar en
construcción de Scotland Yard (!) y en septiembre de 1889 en un túnel del ferrocarril en Whitechapel, algunos periódicos especularon con que un mismo asesino podía ser responsable de ambas series de crímenes. Estas circunstancias cuadran con los comentarios del prefacio acerca de «una serie
de crímenes que parecen tener el mismo origen, y que, al mismo tiempo, provocaron tanta repugnancia en gente de todo el mundo como los asesinatos de Jack el Destripador, que poco después entraron a formar parte del relato».
Según mi análisis, el único problema lo representa la última frase. Pero la traducción de Dalby es incorrecta: en realidad, el texto islandés habla de «los crímenes de Jack el Destripador, que tuvieron lugar un poco más tarde».
Por lo tanto, «esa serie de crímenes [que] todavía no se ha borrado de nuestra memoria» hace referencia a una sucesión de asesinatos que comenzó antes que los cometidos por el Destripador, que en su momento (no «al mismo tiempo», otro error en la traducción de Dalby) también provocaron el terror entre la población de Londres, y que en la imaginación de la gente parecía estar conectada con los homicidios de Whitechapel. Después de haber corregido la traducción de Dalby, parece evidente la relación entre el prefacio y el comentario que realiza el conde sobre los Misterios del Támesis.
 
¿Pero no sería el Conde el autor de esos descuartizamientos?
No resulta difícil imaginar el aquelarre vampírico, víctimas para los rituales, y cadáveres lanzados al río para deshacerse de ellos. Bien es cierto que interpretado el prólogo a la manera de Hans C. de Roos, desaparecen las preguntas de por qué Stoker airearía que Drácula es real, pudiendo ser leído como una referencia a unos sucesos donde bien pudo conocer implicados (fue obligado a cancelar las representaciones de Doctor Jekyll y Mr. Hyde en el Lyceum Theatre a causa del pánico general causado por el Destripador), o bien no, y meramente estarse haciendo un discreto guiño a sí mismo que solo podría apreciar quien supiese que realmente conoció a otros implicados.