La selección nacional cayó derrotada ante Puerto Rico por 89 a 96 en el tercer encuentro amistoso de su preparación para el mundial.
Argentina no defendió bien y padeció demasiado las ausencias de Prigioni y Oberto (tuvieron descanso), a las que se le sumó la de Roman Gonzalez, quién sufrió un esguince leve de tobillo en sus primeros minutos en cancha.
Puerto Rico, que no contó con Arroyo, Balkman y Santiago, mostró un buen juego de conjunto y estuvo bien conducido por el base suplente de los Mavericks, Juan José Barea (18 pts y 3 asist) quien buscó salir de contragolpe cada vez que pudo. También hizo mucho daño con su juego interior, donde Pevey y Ramos (40 pts y 15/24 de cancha entre ambos) nunca pudieron ser detenidos por los internos locales y se erigieron en las figuras de la noche.
Por el lado argentino, lo mejor pasó por lo hecho por Carlos Delfino quien fue goleador del partido con 22 puntos. Luis Scola no tuvo un buen juego y falló sus primeros 12 intentos al aro, aunque estuvo efectivo desde la línea de libres (10/12) y anotó sus dos únicas canastas en el epílogo del partido, dando esperanza a la selección para quedarse con la victoria (86-87 a 1:30 del final). Hicieron un buen trabajo viniendo desde el banco Quinteros (12 puntos), Kammerichs (6 rebotes) y Mata (8 puntos) pero se falló demasiado en la conducción desde la base. El equipo no se sintió cómodo jugando con Cantero y mejoró con Juan Fernandez, aunque este último cometió algunos errores propios de su inmadurez basquetbolística.
Con este panorama se puede rescatar que Argentina estuvo cerca de ganar el partido sobre el final. Las ausencias se sintieron demasiado y la defensa estuvo endeble. También es cierto que el rival juega y Puerto Rico disfrutó de una alta efectividad en sus lanzamientos. Mañana será tiempo de revancha y de corregir errores, Argentina debe mejorar si no quiere volver a caer derrotado ante un rival de peligro.