Mal de los bosques, enanas negras

Por Manuel Somavilla
Esta afección, aún mal definida, se reconoce por la presencia de obreras pequeñas, negras, brillantes, depiladas, con abdomen encogido, que tiemblan antes de morir, en mayor o menor número, en la tabla de vuelo o delante de la colmena.
La presencia de algunas enanas negras en una colmena no debe preocupar al apicultor. Normalmente desaparecen con la llegada del buen tiempo.
Las colonias atacadas crían malas reinas; siendo difícil obtener enjambres. Además se debilitan y no producen miel.
En ocasiones,las enanas negras parecen contagiosas.
Muchos autores acusan a los virus, otros piensan en envenenamientos (polen o néctar del castaño de indias, a las toxinas de las negrillas...), en trastornos del metabolismo de los prótidos, etc.
No se conoce un remedio eficaz. La alimentación con jarabe de azúcar compensa la muerte de pecoreadoras, pero no las cura.
En una colmena gravemente atacada por el mal de los bosques, pero conservada a fuerza de alimentación, hemos ensayado, sin éxito duradero, numerosos medicamentos: Oxiquinoleina, alcohol, micostatina, aureomicina, fontamida, etc.
En casos graves y persistentes, mejor asfixiar las abejas ya que no existe cura.