Mal momento para la investigación (y otro foro Alzheimer)…

Publicado el 14 enero 2012 por Jal

Comienzo este post en un hotel murciano. A lo largo de todo el día de hoy –viernes 13- y mañana sábado se están llevando a cabo las Jornadas de Divulgación Científica que llevan por título “Los blogs como medio emergente de divulgación de la ciencia”. Unas jornadas para hablar de esta excelente herramienta en ciencia, docencia y divulgación. Escépticos, convencidos y conversos discutimos –y discutiremos- sobre el posible control de la información que inunda la blogosfera… Todavía, cuando escribo estas líneas, quedan dos sesiones…

Sin embargo, y mientras la cultura científica se hace algo más presente día a día en nuestras vidas laborales y personales, mal parece haber comenzado el año para la investigación: desde el Ministerio de Economía y Competitividad se nos informa de un recorte de 600 millones de euros en investigación. Mientras tanto, y todavía con el recuerdo reciente del drástico recorte en personal del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, diferentes iniciativas encaminadas a llamar la atención social y administrativa trascienden más allá de nuestras fronteras. Por una parte, una investigadora del Centro citado anteriormente puede volver a su poyata, al menos durante unos meses, gracias a una colecta particular de la madre de un joven diabético –en la línea, lejana, del crowdfunding…-. Mientras tanto, una iniciativa audaz y valiente, recogida incluso en un editorial de Nature Newblogs, solicita habilitar una casilla extra en la declaración de la Renta para que la “voluntad popular” proporcione, al menos, parte del dinero que este país necesita inyectar en investigación, al estilo de la casilla para obras sociales o iglesia católica…

Ya puestos, considero de justicia hacerme eco de un interesante artículo firmado por Santiago Lamas, director electo del CBMSO, aparecido en El País, sobre la tragedia que supone educar-formar a tantos extraordinarios científicos para, por desgracia, su posterior condena al ostracismo, exilio o, cuando menos, verles competir por pequeñas migajas en el organigrama laboral. No me resisto a copiar el artículo:

Por favor,¡ no disparen a la ciencia!

“Durante algunos días del último mes de noviembre tuve el honor de presidir un proceso de pruebas selectivas para científicos de plantilla del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), basado en el formato de concurso-oposición. Se trataba de seleccionar un investigador/a con una buena trayectoria de investigación en los mecanismos moleculares de las enfermedades. Aunque se convocaba una única plaza hubo inicialmente 57 solicitudes admitidas y finalmente 26 concursantes. El proceso consta de dos ejercicios en el primero de los cuales se exponen durante una hora ante el tribunal los jalones y logros más importantes de la carrera investigadora. De entre los candidatos que pasan al segundo ejercicio que consiste en exponer un proyecto de investigación, se selecciona el o los candidatos/as ganadores, en este caso uno solo.

Aunque el proceso que presidí no tuvo el más leve incidente reseñable desde un punto de vista formal, sí dejó en el tribunal un sentimiento agridulce y de profunda consternación y preocupación. Desfilaron y expusieron delante del tribunal investigadores e investigadoras, la mayor parte entre 35 y 45 años, con un nivel extraordinario de formación. La inmensa mayoría había pasado por muchos laboratorios en España y el extranjero, otros todavía estaban fuera y querían reincorporarse al sistema español de ciencia. Sus exposiciones versaron sobre múltiples temas, como la investigación en enfermedades neurodegenerativas, la terapia con células madre, los avances metodológicos para detectar defectos moleculares y genéticos, las enfermedades basadas en alteraciones de la respuesta inmune o la posibilidad de regenerar el tejido cardiaco. Todas ellas estaban fundamentadas en publicaciones del máximo nivel, algunas generadas en laboratorios españoles, las más en laboratorios extranjeros durante la etapa de formación de los candidatos. En otras palabras, instituciones como Harvard, Yale, el Instituto Karolinska o el Laboratorio Europeo de Biología Molecular hubieran querido disponer de la posibilidad de ofertar un puesto de trabajo a varios de los candidatos/as.

Por imperativo administrativo el tribunal no tuvo otra opción que la de seleccionar a un candidato excelente entre muchos candidatos/as excelentes, merecedores muchos de la plaza a la que concursaban, lo que inevitablemente condujo a experimentar un sentimiento de impotencia y frustración por parte de todos los miembros del tribunal y es fácil imaginar que, en mucho mayor grado, por parte de los candidatos que no obtuvieron plaza. La única sensación amable provenía de la convicción compartida por todos los miembros del tribunal de que, aunque se seleccionase a uno u otro candidato/a de entre varios del máximo nivel, era muy poco probable que se fuera a cometer una injusticia.

Este proceso selectivo simboliza una situación general de la ciencia española; no es ni mucho menos un hecho aislado. Aunque nunca se enfatiza suficientemente lo obvio, en este caso la necesidad de invertir en ciencia y tecnología, no quisiera abundar en este argumento, expuesto hasta la saciedad y demostrada su vigencia con solo analizar la correlación entre desarrollo de un país e inversión en I+D.

Lo que quiero transmitir a nuestros responsables políticos, y más en estos tiempos críticos que vivimos, es la necesidad absoluta de no despilfarrar la inversión en capital humano, limitado aún en cuanto a masa crítica, que hemos llevado a cabo en el último medio siglo. Bastantes de los candidatos que no han obtenido esta u otras plazas quedan en una situación inestable y muchos se verán obligados a emigrar o, en el mejor de los casos, a reconvertir su actividad en un trabajo de mucha menor cualificación.

Conseguir una formación en biomedicina o en cualquier otra área de la ciencia del nivel de los candidatos presentados es una tarea de muchos años, mucho esfuerzo personal y social y una cantidad no desdeñable de inversión pública en su educación. Educación, esta es la palabra, no lo olviden. Educación para la ciencia y su aplicación tecnológica. Educación para la innovación. Educación para no dilapidar el esfuerzo de inversión hecho hasta ahora, educación para la productividad y la responsabilidad. Educación para la ética, la política, la toma de decisiones justas y el análisis crítico. Educación para sensibilizar a la población y transformar definitivamente una cultura que tan poco proclive ha sido a la investigación durante siglos. Educación para el conocimiento de nosotros mismos, educación para la solidaridad. La educación como valor de cambio en los mercados. Créanme, por favor, no es la economía, es la educación.

Santiago Lamas es profesor de Investigación del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC)

JAL (CBMSO)

NOTA: Quiero aprovechar la oportunidad para invitar a todos los lectores al próximo Encuentro Temático (IX ET) de la Fundación Alzheimer España (FAE) que tendrá lugar el próximo viernes 20 de enero.

Para inaugurar el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad  Intergeneracional, la Fundación Alzheimer España organiza en el Imserso su IX Encuentro Temático sobre un tema de plena actualidad: “La alta tecnología para envejecer en casa”.

Como cada uno de nosotros, el enfermo de Alzheimer teme el ingreso en una residencia y quiere “envejecer” en casa. También es el deseo de su cuidador. Pero la mayoría de los domicilios no están concebidos para las personas que pierden poco a poco sus capacidades intelectuales y físicas. Adaptar los espacios de las viviendas y del entorno mantiene la autonomía y favorece las posibilidades de vida independiente de las personas que permanecen  en su propio hogar. Además disminuye la carga del cuidador al encargarse nuevas tecnologías de varias tareas que comen parte del tiempo que dedica a su familiar. Además de facilitar la vida diaria, las nuevas tecnologías incrementan la seguridad personal tanto del enfermo de Alzheimer como de su cuidador. ¿Qué aporta la domotización de las viviendas? ¿Qué tipos de equipamientos electrónicos están a mano del cuidador? ¿Cuáles son las soluciones accesibles en el futuro?

Al debate que tendrá lugar el viernes 20 de enero de las 10.00 h a las 13.00 h en el Imserso (Ginzo de Limia 58 Madrid) participan usuarios, cuidadores y expertos. En particular, el Prof. Albero Brunete, colaborador del Centro de Dómotica Integral de la Univ. Politécnica de Madrid y el Prof. Miguel Angel Salichs, catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad Carlos III.

El aforo es limitado y se ruega a las personas interesadas inscribirse en la Fundación Alzheimer España por teléfono: 91 343 11 65 ó 75

DIVULGACIÓN CIENTÍFICA  DEL 16 de ENERO DE 2012

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ENTRE PROBETAS (Píldoras científicas en 2 minutos). Radio 5

A HOMBROS DE GIGANTES Radio 5

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