No por obvio deja de ser cierto: los errores ortográficos, semánticos u otros relacionados con el lenguaje hablan mal de nosotros, además de dificultar la lectura de los textos corporativos. Estos errores son fácilmente reparables gracias a la tecnología, un buen redactor y/o traductor, y un repaso final del texto.
Faltas de ortografía: La b y la v son “vecinas” en el teclado.Arruinan el trabajo de imagen, por cuidado que sea. Fotos espectaculares, horas de trabajo diseñando, etc. ceden el protagonismo. Los errores ortográficos más llamativos captan la atención del lector como una luz en plena oscuridad.Solución: - Leer, leer y leer. Cuanto más leemos, menos faltas de ortografía cometemos de manera automática.- Pasar el corrector incorporado en el programa que usamos para redactar el texto- Revisión del texto antes de su publicación. Si se trata de un texto de importancia han de leerlo varias personas.
Mala traducción: Success no es suceso.No solo se falla cuando la palabra en español no es la equivalente en otro idioma, hay otro tipo de errores:- Traducciones demasiado literalesTan literales que suenan raro: At the end of the day no siempre significa al final del día, sino a fin de cuentas.
- Frases traducida palabra por palabra de manera que pierden su sentido o frases a las que hay dar vueltas y vueltas para entenderlas.- Términos sin traducir. Cada día es más habitual encontrarnos con expresiones o términos en inglés. ¿Tanescaso es nuestro vocabulario como para no encontrar el equivalente?¿Crees que queda más profesional?Más que error, esto último, es plaga, sobre todo en el mundo de la tecnología y en el de algunos los directivos. Solución: - Una buena agencia de traductores - Revisión por parte de varias personas, si es posible.
Falta de puntuación: Inspira, inspira bien porque viene una frase sin puntos ni comas. Puede que no la entiendas, pero, al menos, si has inspirado bien, logres llegar al final de ella sin hacer ninguna pausa.Solución: - No es tarea sencilla en determinadas frases. De hecho, hasta los más expertos no coinciden. Solución más lógica: Al leer el texto, en las pausas que van surgiendo de manera natural, puntuar.