El Málaga C.F. militará un año más en Primera División. El sufrimiento obtuvo sus frutos. La mitad de la afición se mostraba pesimista de cara a las aspiraciones de salvación. No les faltaba razón. Tampoco el Real Madrid era el mejor rival. Se apelaba a la pronta capacidad goleadora del Barça para dejar sin fuerzas ni ánimos a los blancos.
Dicho y hecho. Lo que no entraba en el guión era el gol de Duda a los 9 minutos. Un gol que La Rosaleda cantó como pocos. El equipo parecía otro. Munúa estuvo inmejorable. La afición, al pie del cañón.
El Barça hacía su trabajo. El Racing, ganando, nos echaba otra mano. El Osasuna frenaba al Xerez. Solo faltaba el Valencia. El empate del Real Madrid dejaba al Málaga en la cuerda floja. Y al Tenerife le bastaba un gol para salvarse y mandar al conjunto de la Costa del Sol a Segunda.
Fue entonces cuando Alexis marcó el gol che y la grada lo celebró como si Duda hubiera marcado el segundo. Pero el luso, en ese momento era expulsado. ¿El motivo? Ni yo ni miles de aficionados lo vimos. Estábamos ocupados celebrando la permanencia a falta de un minuto.
Invasión de campo, lágrimas, gritos y mucha alegría. A la cita, ni siquiera faltaron los cánticos de: “Muñiz, no te queremos” y “Muñiz vete ya”. De momento, vamos a celebrarlo. Ya discutiremos otros asuntos.