Málaga - Zaragoza : cuestión de identidades

Publicado el 28 enero 2011 por Jvilla

Raúl Rentero - La onda expansiva


Es una cuestión de prismas, pero puedo decir que, a mi juicio (escaso), el Zaragoza, próximo rival del Málaga, C.F. es uno de los equipos más identificados con su provincia. Es notorio, y a nadie sorprende, que en todas partes cuecen habas blaugranas o merengues y que el sentir patrio en determinados lugares se divide entre el equipo local y uno de los dos “grandes”
No tengo pelos de la burra suficientes para asegurar que sea parda y dármelas de columnista solvente y contrastado, de manera que tómense la afirmación como un matiz de morralla o una impresión de Kandinski. Lo que sí puedo asegurar, por aval propio y suerte, es que conozco de primera mano muchas provincias de esta nuestra España y ni siquiera en Vizcaya, donde el Athletic es profesión de fe, encontré semejante interés en los colores de la flámula de la propia ciudadela como en Zaragoza.
Militando el equipo maño en segunda división, por azares de la vida, me encontré un fin de semana en una pequeña aldea zaragozana de apenas 200 habitantes de verano. Aquella tarde de domingo se jugaban en la Romareda los honores el Zaragoza y el Elche. La caja, evidentemente, campanilleaba vía ppv con un interesante Barça-Depor (del otro Depor, se entiende, no el de ahora). Cuál fue mi sorpresa cuando al ir al único bar del pueblo, al “Casino” (nombre rimbombante para designar al lugar donde los abuelos se juegan las perras al julepe), me encontré que el televisor el partido comprado era el de “casa”.
Creo que nunca, ni en más nebulosos sueños, volveré a vivir un insípido encuentro de Segunda con más emoción y hooliganismo. A tal punto llegaba la pasión que mientras el “pay” abría la desconexión para informar de alguna jugada de interés en el “otro partido”, la afición aldeana imprecaba lo que no está escrito ni en lo más dantesco de la Biblia.
“Vuelve a poner al Zaragoza, leñes, que el Barça no interesa”
Si abren los diarios aragoneses pueden comprobar con cuanta pasión, casi exacerbada, se tratan los asuntos de los chicos de Aguirre, a tal punto que es causa de picota popular y garrote vil la política de fichajes del equipo, que alcanza, con las últimas novedades, la escalofriante cifra de 15 extranjeros y cuyo emblema nacional es Ander Herrera, que de maño, ya les digo yo, tiene poco.
En una época en que el Barça de Guardiola y su Masía ha cambiado los conceptos tribales, es bueno entender que las comparaciones son siempre odiosas y que, quizás, Iniestas, Xavis, Pedros, Messis sólo haya uno... y que los demás, excepto la gloriosa disensión bilbaína, se tienen que armar con lo que pueden. Y ante la cuestión dialéctica generada, siempre es bueno recordar que la identidad la tienen los aficionados en última instancia, que son los que deciden ver a su equipo contra el Rayo Majadahonda antes que el Clásico del final de los tiempos.
Ya lo dice el anuncio: La ilusión no tiene precio. Lo demás se compra con la Mastercard.

Raúl Rentero - La onda expansiva