Vaya, vaya. ¿Quién lo hubiera dicho? Un juez de Nueva York con sentido común. En una sentencia judicial de ayer viernes que debería (pero no lo hará) silenciar a los críticos que ponen el grito en el cielo por el hecho de que el gobierno americano esté almacendando datos de las comunicaciones por motivos de seguridad en la lucha antiterrorista, un juez federal en Manhattan, William Pauley, sentenció que la Agencia de la Seguridad Nacional (NSA) estaba plenamente en su derecho para recopilar datos de las actividades telefónicas e informáticas de los ciudadanos.
Ya lo dije aquí hace muchos años y lo seguiré repitiendo hasta que caiga el último amante de gentuza como Edward Snowden: si estás hablando con terroristas, si estás usando las comunicaciones para comunicarte con grupos como Al Qaeda, quiero que el gobierno americano lo sepa y tome medidas inmediatas para investigarte a fondo.
Este juez sabe lo que hace. Su tribunal y la sala de lo penal tiene vistas a lo que una vez fueron las Torres Gemelas, sitio donde América sufrió el peor atentado terrorista de toda su historia. Ese ataque fue, precisamente, una consecuencia de no hacer nada contra los posibles ciudadanos y residentes terroristas. Fue una consecuencia de no reforzar los poderes de espionaje que todo ejecutivo que se precie en un gobierno occidental democrático debe tener.
Aquí somos de derechas, somos democráticos también – cuando me levanto de la cama todos los días, mi primera preocupación suele ser la seguridad de Occidente. Creo firmemente en la excepcionalidad occidental. Hace falta salvaguardar nuestras democracias y reforzarlas en aquellos países que pierden libertades, como España por ejemplo.
El juez Pauley, de hecho, mencionó en su sentencia el ataque del 11 de septiembre y la probabilidad casi segura de que, si hubiera existido la NSA en aquél fatídico díia que muchoos vivimos aquí, es posible que los terroristas saudíes no se hubieran salido con la suya.
Las conclusiones sensatas de Pauley contradicen las del juez irresponsable Richard Leon, del Distrito Federal de Columbia, capital de EEUU. Hace dos semanas, este juez insensato, irresponsable y desleal dijo que la recopilación de datos por parte del gobierno central era “inconstitucional”. Como era de esperar, los ron pauleros, los “libertarian”, los del Partido Comunista y los simpatizantes de los islamistas aplaudieron la sentencia de León.
Pauley tiró a la basura la demanda judicial presentada por grupos “activistas” radicales de izquierdas y también de ultraderecha (¿por qué será que al final la ultraderecha siempre acaba en la misma cama que la ultraizquierda?) Pauley aceptó las declaraciones clave del director de la NSA, el General militar Keith Alexander. Alexander dijo que antes del 11 de septiembre, “no podíamos atar los cabos porque no teníamos los cabos”. Como dijo el juez, los ataques del 11 de septiembre se llevaron a cabo porque “los servicios de inteligencia, usando métodos tradicionales, no pudieron detectar todos esos filamentos difusos conectados a Al Qaeda”.
Ahora, gracias a los grandes esfuerzos del Congreso americano, elegido con amplias mayorias democráticas soberanas, el NSA sí tiene acceso a esos cabos y, como declaró el juez Pauley en Manhattan ayer, “esta herramienta funciona solamente porque recopila TODO”. Pauley también recordó, como es lógico, que la NSA está absolutamente controlada por las TRES RAMAS del gobierno americano y que solamente una pequeñísima cantidad de datos acaban en manos de la CIA y agencias policiales. Eso no es más ni menos razonable de lo que ya hace el FBI cuando mira los datos de las huellas digitales en las bases de datos disponibles. Esto lo tuvo que recordar para calmar los gritos histéricos de los “civil libertarians” (aquí en USA les llaman así despectivamente a los radicales libertarianos que ven “estatismo” en todas partes). La sentencia de ayer fue constitucional, hamiltoniana y sensata. Tres pilares que provocan vómitos entre los radicales de EEUU. Odian la moderación Hamiltoniana y burkeana.
¿Y lo más importante? Pauley dijo que los tremendos efectos positivos de la NSA no “pueden ser seriamente puestos en duda”.
¡Bien por el juez Pauley! Gracias, juez. Él reconoce de verdad dónde está el interés público de esta república. Sin seguridad nacional, no hay libertad ni democracia posible. Esto lo entendió Hamilton desde el principio. Es una lástima que los herederos de Jefferson y los radicales aún no se enteren.
Si lees inglés, aquí tienes la ejemplar sentencia judicial defendiendo la seguridad del NSA.
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OFF TOPIC: En la Universidad de Columbia, los extremistas de un grupo anti-Israel han hecho un vídeo contra mi persona utilizando medios universitarios. Esto es una violación de las normas del campus porque se usan medios para difamar a un antiguo alumno. Además, los abogados del cantante de los 80, Peter Gabriel, ya han demandado a esos jóvenes por violar los derechos de autor.
Esos “estudiantes” usaron la canción “Big Time” de Peter Gabriel para atacarme. Como yo he tenido cierto éxito en Nueva York, han usado la letra de “Big Time” para meterse conmigo y atacar el hecho de que a pesar de venir de un sitio alejado de Nueva York, he tenido más éxito que ellos. Es una lástima por ellos que pierdan su tiempo atacándome en vez de intentar arreglar sus miserables vidas minadas de drogadicción, problemas morales, sexuales y mentales. Yo no les voy a demandar, porque a mí, a diferencia de ellos, no me molesta la libertad de expresión. Que se rían todo lo que quieran, porque a la hora de la verdad, los “malvados financieros” les tenemos donde más le queremos – dependiendo de nosotros.
Gracias por pensar en mí, payasos.