La deu ex machina es un recurso literario que se utiliza para conseguir en forma abrupta el desenlace de la historia y un final feliz. Los guionistas lo utilizan cuando no encuentran una mejor explicación para arribar a ese final. Según Agrimbau se recurre a la deu ex machina por falta de imaginación o porque no hay tiempo y debe entregarse el guión. “Cualquiera sea el motivo, debe evitarse”, afirmó. Este concepto significa “la máquina de los dioses” y lo utilizaban antiguos escritores de obras teatrales sobre acontecimientos mitológicos para poner fin a conflictos que llevarían tiempo desentrañar. Básicamente aparecía un dios de la mitología y con su poder resolvía el enfrentamiento entre los personajes principales.
Sobre la casualidad, Agrimbau explicó este ‘error de argumento’ con un ejemplo: en la película Avatar, de James Cameron, antes de la batalla final, la averiada nave del coronel Quaritch se estrella ‘casualmente’ a unos metros del trailer donde reposa Jake Sully mientras su mente habita un avatar clon, teniendo el plantea Polifemo cientos de lugares como para estrellarse. “Tenemos que evitar este uso trabajando adecuadamente las motivaciones que justifican lo que viene después”, instó el docente y guionista. Aclaró sin embargo que este recurso se puede utilizar como lo hace Quentin Tarantino en Pulp Fiction, donde las casualidades garantizan la progresión del film.
En cuanto al cliché, se recurre a él frente a la ausencia de información y documentación para recrear una circunstancia, arriesgando la verosimilitud de la misma. Por ejemplo en el caso de policías interrogando a un sospechoso, los guionistas suelen recrear las escenas que vieron en películas, un policía bueno ofreciendo un cigarrillo, un policía malo golpeando de manera que los magullones no sean visibles, un espejo que es una ventana a otra sala en la que hay otro oficial mirando la escena y comiendo papas fritas. “No nos creemos estas escenas, los clichés atentan contra la verosimilitud del argumento y justamente la documentación sirve para obtener esa verosimilitud o para recrearla”, dijo Agrimbau.
Luego están los “errores de diálogo” y en general se comenten dos. Uno es el error de variación del tono y es cuando el personaje pasa del neutro al coloquial o viceversa, es decir, habla de tú y luego vosea. Para explicar el segundo error, Agrimbau citó: “la información es el cáncer del arte”, y es cuando el personaje explica la situación que vive en su parlamento, pero en la historieta no pasa nada. No obstante, “hay circunstancias que tienen que explicarse y en ese sentido recomiendo traficar información, de manera de dar a conocer los hechos al lector pero sin que éste se entere, por ejemplo a través de una pelea”.
Este seminario de historieta se desarrolló el 23 y 24 de septiembre en el Malba y estuvo dirigido a periodistas para que puedan abordar este tema en los medios. Compartieron el espacio Diego Agrimbau y los periodistas especializados Andrés Accorsi y Andrés Valenzuela.
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