Malasaña es una calle que ha dado nombre a toda una zona del barrio de Universidad. La vida de la capital se concentra cada vez más en esta zona, concretamente en cuatro de sus calles y la Plaza del 2 de Mayo. Entre las calles más icónicas de Malasaña se encuentra la calle del Espíritu Santo en la que se ubica el mejor local de la zona: La Dominga.
Hoy te hablamos de estas calles y de su vida. La primera y más importante, como no podía ser de otra manera es la calle Manuela Malasaña. Esta calle rinde homenaje a la heroína del levantamiento del 2 de Mayo de 1808. Epicentro de la vida nocturna de los años 80, esta calle sigue levantando pasiones y no son pocos los que se dejan caer por sus bares para tomar una copa o picar algo. Además cuenta con el icónico edificio del Teatro Maravillas, seña de identidad del barrio.
La calle del Espíritu Santo es muy parecida a la de Manuela Malasaña, aúna todo lo mágico del barrio y esconde entre sus rincones lugares tan especiales como librerías o restaurantes donde la modernidad se fusiona con lo más castizo, como La Dominga. ¿Sabes que dicen que su nombre se debe a una antigua leyenda? Esta cuenta que, durante los días de Pascua, un rayo destruyó inesperadamente varias viviendas de moriscos con sus habitantes dentro y que fue el Espíritu Santo.
No podía faltar en esta lista la calle Fuencarral, una de las más largas de la zona y que supone el camino de entrada a Malasaña. Estudios de tatuajes, librerías de arte, tiendas de cómics, espacio para moda y complementos… En esta calle hay espacio para los amantes de casi cualquier cosa. Además tiene mayor encanto ya que es peatonal y una de las preferidas para pasear en el centro.
Y cómo no, una de las más icónicas e histótricas calles de Malasaña: la calle del Pez. Una calle marcada por las leyendas de casos de exorcismos, la sede de antiguos palacios y una de las vías en las que más comercios castizos se concentraban. Ahora es mucho más ‘hipster’ pero conserva su esencia misteriosa y magnética.
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