Cada campaña electoral es peor y más insoportable que la anterior, y la actual está ya llegando a un extremo que justificaría el largarse del país mientras los políticos compiten en campaña por soltar la mayor parida posible.
Estoy hasta las narices de que los políticos de toda la vida afirmen rotundamente que esta vez van a hacer lo que no hicieron cuando podían, y que los nuevos nos prometan el paraíso al más puro estilo islámico, pidiendo toda la fe del mundo, sin explicar en absoluto como lo van a hacer y dando larguísimos paseos por los cerros de Ubeda cuando algún periodista les hace una pregunta concreta.
También es sumamente deprimente y justificativo del peor independentismo el que PP y Ciudadanos, y otros en menor grado, utilicen como siempre, por enésima vez, y hasta la saciedad el más efectivo método para aumentar el número de votantes en España: insultar, difamar y atacar con todo lo que tienen a mano a Catalunya y a los catalanes, aunque con ello y de manera irresponsable incrementen todavía más el odio a todo lo catalán.
¿Cómo puede entenderse un país donde partidos que han provocado verdaderos desastres, con muchos más casos de corrupción que los soportables y que se pasan la vida mintiendo cínicamente puedan no solo competir en unas elecciones sino ganarlas, y que unos espabilados que han visto la oportunidad de sustituirlos en sus cargos puedan tener posibilidades de ganarlas sin mojarse más de lo imprescindible sobre cómo van a hacer las maravillas que prometen?. Desgraciadamente solo se entiende partiendo de la base, probada estadísticamente, que los idiotas del país si no son mayoría se le acercan
Lo de Madrid no tiene explicación. Como se puede volver a votar a un montón de basura corrupta, con contabilidades B, todo tipo de choriceos, mentiras, abusos, manipulaciones evidentísimas del sistema judicial, hasta el extremo de aplicarlas incluso al club de futbol que le roba el protagonismo al Real Madrid, candidata que impunemente atropella agentes y huye de la policía, y muchos etc., etc., etc.
Por cierto, la última burrada de doña Esperanza ya es de antología. Refiriéndose a uno de esos frecuentes casos que monta la caverna mediática de su partido, manipulando y modificando cuatro datos reales e inocuos de la candidata de Podemos, Manuela Carmena, hasta convertirlos en un falso caso de corrupción, y a pesar de que ella misma está inmersa y rodeada por todas partes por los más pestilentes casos de verdadera y probada corrupción, ha dicho nada menos que en el Reino Unido a la susodicha candidata no la votaría nadie, cuando no creo que haya en España un solo político al que este comentario sea aplicable con más razón que a doña Esperanza, a quien los británicos no votarían ni para una comunidad de vecinos.
Los catalanes fuimos engañados por Jordi Pujol, del que por cierto cada vez estoy más convencido de que fue un instrumento franquista para tener controlada a Catalunya a la muerte del dictador, pero al menos su partido ha sido severamente castigado en cada nueva elección, y ante la desesperante lentitud de la Justicia y aunque sea mediante un método absurdo, vergonzoso y casi esperpéntico, en Comisión Parlamentaria se han declarado y hecho públicos los delitos y barbaridades del caso.
Lo que más me irrita es la hipocresía de unos y otros en relación con la corrupción. Los de siempre prometiendo por su santa madre que van a combatir contra la corrupción hasta la muerte, con una Susana Díaz que incluso lee ante el Parlamento andaluz un decálogo que ni ha cumplido nunca, ni cumple, ni cumplirá, y un PP que se autodenomina principal enemigo de la corrupción mientras no solo está sentado sobre el mayor montón de porquería corrupta del país sino utilizando todos los medios a su alcance para tapar todo lo que pueda o asegurarse jueces que mirarán hacia otro lado.
Pero desgraciadamente los nuevos no son mejores. ¿Cómo se puede decir que ellos acabarán con la corrupción cuando ni Podemos, ni Ciudadanos, ni Ada Colau han aclarado la procedencia de ni un solo céntimo de sus fuentes de financiación, ni tan solo con el objeto de acabar con los rumores?. En el caso de Ciudadanos el asunto demuestra una caradura de verdadero cemento armado porque uno de los blancos preferidos de sus ataques es la ANC de Carme Forcadell, sobre la base de que está subvencionada por la Generalitat, cuando la ANC ha hecho públicas sus cuentas y ha demostrado hasta la saciedad que se autofinancia sin un céntimo de subvención, en base a las aportaciones de sus miembros y las ventas de material propagandístico, mientras todos los intentos para obtener la misma información de Ciudadanos han resultado infructuosos.
Por cierto. Como barcelonés estoy preocupado. No tengo buena opinión de Trias, que creo no ha llevado a cabo una buena gestión del Ayuntamiento, especialmente en el caso de Can Vies, el edificio ocupado del barrio de Sans, pero, ojala me equivoque, pero si Ada Colau llega a alcaldesa o a influir seriamente en la gestión del ayuntamiento, nos esperan una serie de barbaridades perjudiciales para la ciudad. Ada Colau ha resultado ser una populista que iba para actriz pero que en un momento determinado decidió utilizar sus capacidades interpretativas en movimientos populistas, que hizo una buena labor y tuvo éxito con la PAH, y después de afirmar rotundamente que nunca aprovecharía su popularidad para entrar en política ha hecho exactamente eso, como primera de una larga serie de contradicciones y barbaridades como rechazar el Mobile World Congress (que rectificó de forma no muy clara cuando se dio cuenta de la asnada), proponer una moneda para el comercio de Barcelona, que podría ser el “Colau”, u oponerse a que el edificio del Deutsche Bank en Paseo de Gracia/Diagonal se transforme en hotel, y en su lugar se construyan viviendas sociales, con lo que Barcelona tendría el honor de haber construido las primeras viviendas sociales de súper-lujo del mundo en una de las esquinas más caras de toda Europa comiéndose con exceso y de paso todo el superávit financiero del Ayuntamiento. Una de las cosas que más me molesta de la Colau es que, a pesar de tener en su grupo a ICV que ha estado en el gobierno de la ciudad muchos más años que CiU y en esos años haber cometido muchas más barbaridades, critica a Trias calificándolo únicamente de Mafia y afirmando que nos roba, sin aportar ni la más mínima evidencia de tal difamación, y en cambio no ha efectuado ni una sola crítica concreta de la actuación de Trias en temas específicos, a pesar de que dispone de un cierto abanico de posibilidades. Las maneras de la Colau no pueden ser más típicas del populismo, soltar lo que cree que quiere oír su votante potencial, aunque ella no tenga ni de lejos la intención de hacerlo, pasarse el día divagando sin mojarse en absoluto sobre lo que en realidad va a hacer, y denunciar continuamente complots contra ella. Hasta ahora no ha fallado, en nuestra historia y en la de cualquier democracia, que los que han ido por este camino y han triunfado han resultado gobernantes desastrosos. Repito. Ojala me equivoque.