Ruth y José
Hoy, como en otras ocasiones similares, me hierve la sangre. Se han descubierto en la finca de los padres de José Bretón restos del ADN de sus hijos Ruth y José calcinados. Un adulto, por vengarse de otra persona, agarra a sus dos hijos de seis y dos años de edad los mata y los quema.
Volverá a plantearse la necesidad de legislar acerca de las penas que tienen que sufrir quienes realizan actos de esta envergadura, se dirá que en caliente no se puede hacer, pasará el tiempo y no se hará nada.
Me declaro absolutamente en contra de la pena de muerte, no creo que el Estado pueda asesinar a nadie. Pero el Estado de Derecho tiene la obligación de proteger a los ciudadanos apartando de la sociedad a quienes no cumplen las las normas básicas de convivencia entre las que está la de no matar a niños.
Quien cometa un delito como es asesinar a sus dos hijos pequeños, debe estar lejos de la sociedad y tiene que pasar el resto de sus días recordando que asesinó a dos niños que deberían haber crecido y haber vivido experiencias. Nadie tiene derecho a truncar unas vidas que están comenzando y eso merece un castigo acorde al nivel de inhumanidad demostrado.
José Bretón, hijo de la gran puta. Ojalá el resto de tu vida sea un tormento insoportable y el recuerdo de tus dos hijos te venga a la cabeza continuamente.
MALDITO SEAS, JOSÉ BRETÓN