Me siento fumigado, así como lo oyen queridos lectores, siento como si me ahogara un insecticida y es porque desde que se implantó en el Torneo Clausura de Argentina el uso del aerosol para marcar la distancia de la barrera en los tiros de falta, ha incrementado notablemente el porcentaje de goles marcados de tiro libre.
Por si alguno de los asiduos a este blog no lo sabía, se ha inventado un spray que el arbitro utiliza para pintar una línea en el césped para marcar la distancia a la cual debe de colocarse la barrera. Antes del susodicho invento, lo de la distancia era relativo y la barrera tendía a adelantarse...ahora con la maldita línea no hay manera, así que los buenos lanzadores de faltas ven el cielo abierto y lo tienen mucho más fácil para elevar la pelota sobre la barrera y por supuesto ponérnoslo a nosotros más complicado.
No pretendo quejarme por hacer mi trabajo un pelín más complejo, ya sé que al pueblo soberano lo que le gusta es ver muchos goles y por tanto las altas instancias deportivas toman medidas para que eso ocurra, pero ya que el disfrute del público supone nuestra desgracia por lo menos podrían aplicar normativas más severas contra todos esos que se inventan agresiones o se tiran a la piscina en busca del penalti, o podrían pitar falta al portero de vez en cuando...es decir aplicar justicia tanto para los que atacan como para los que defienden. Si mi cuota de picardía se reduce, espero que la de mi rival se reduzca en la misma proporción.
Lo próximo va a ser ponerse de espaldas en las faltas o parar los penaltis con los ojos cerrados...ya veréis.