Salida es el título original de Zaneta, largometraje de Petr Václav que se estrenó el jueves pasado en nuestras salas, casi un mes después de haberse proyectado en la tercera edición porteña del festival Al Este del Plata, y a más de dos años de su première en el 67º Festival de Cannes. Acaso porque el film evoca el recuerdo de Rosetta de Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, nuestros distribuidores privilegiaron el nombre de la protagonista por encima del leitmotiv de esta ficción inspirada en la realidad que el pueblo gitano vive en la República Checa.
Escapar del estigma y la segregación que la sociedad europea -y occidental en general- les impone a los ciudadanos de origen romaní es el objetivo no sólo de Zaneta sino de su marido David y de su vecina Andrea. A través de estos personajes, el realizador representa las escasas alternativas que estos ciudadanos de segunda barajan a la hora de evitar el destino de exclusión social y la amenaza de un nuevo genocidio.
La protagonista lucha no sólo contra un Estado empecinado en humillarla y en cerrarle todas las puertas, sino contra las mencionadas alternativas que emanan de la misma condena social: el cirujeo, la prostitución, el delito. El discurso del médico que la atiende al principio de la película ilustra la suerte de predeterminismo lombrosiano que empuja a la comunidad gitana al borde de un abismo parecido al que fue arrojada en tiempos de limpieza étnica nazi.
Como los hermanos Dardenne con Rosetta, Václav sigue de cerca a Zaneta. El realizador prescinde de maniqueismos y de golpes bajos, y sin embargo ofrece un retrato/relato siempre tenso, al límite de la desgracia.
Sin ninguna experiencia actoral, Klaudia Dudová soporta primeros y primerísimos planos con prometedora ductilidad. Son igual de convincentes los demás integrantes -también novatos- del elenco.
Un día después del estreno argentino de Zaneta, la prensa europea se hizo eco de la decisión del gobierno checo de rechazar la propuesta del Consejo de Europa de compensar de manera extrajudicial a las mujeres gitanas que entre 1966 y 2012 fueron esterilizadas bajo amenaza (de suprimirles el derecho a subsidios sociales y a medios de financiación). A propósito de esa noticia, los medios del viejo continente recordaron algunos puntos de la denuncia por violación de derechos humanos que el Foro Europeo para Romaníes y Pueblos Nómades (ERTF por sus siglas en inglés) presentó a fines de octubre contra Praga.