Malindi, Watamu y las ruinas de Gedi

Por Flaviaaroundtheworld @FlaviaATW
En la costa keniana siempre se puede encontrar una buena playa para darte un chapuzón y descansar sin demasiados agobios. Lo vi en Tiwi, una playa muy paradisíaca sin turistas muy cerca de la conocida Diani Beach, pero mucho más tranquila. Así que después de unos días entre playa y Mombasa,  seguimos nuestro camino por la costa rumbo al norte.
Pero esta vez no cogimos un matatu, no. Fuimos desde Mombasa a Malindi en tuk-tuk las tres con las mochilas y todo. ¿Por qué? Por poder parar cuando quisiéramos ya que la enfermedad del viajero estaba en el aire.

El tuk-tuk que nos trajo a las 3 desde Malindi

Una vez en Malindi, por recomendación de una conocida, nos quedamos en Kenga Giama Resort, un lujo que nos permitimos a un precio bastante más bajo de lo normal porque mis dos amigas, Noe y Diana, habían estado de voluntariado en un colegio de Nakuru. El precio por estar en este alojamiento fue 25€/habitación-noche e incluía desayuno y cena. Sí, un chollo teniendo en cuenta que tenía una limpia piscina y un servicio excelente. Nos quedamos dos noches ahí y en ese tiempo vistamos Malindi, Watamu y las ruinas suajilis de Gede.

Malindi: el mar revuelto

Malinidi es un ciudad que bien podría ser italiana. Ahí todo el mundo habla el idioma de Da Vinci. ¿Por qué? Porque hay muchos italianos que han elegido esta ciudad costera para sus vacaciones o largas estancias. La ciudad está llena de restaurantes italianos. Pero cuando fuimos nosotras, en julio, era temporada baja no había ni muchos italianos, ni tampoco estaban todos los restaurantes abiertos.

A punto de darme un baño en la piscina de Kenga

Aún así, nos aventuramos a ir a playa a dar un paseo e intentar darnos un baño, pero el mar estaba bastante revuelto (suele pasar en esta época del año), así que volvimos a Kenga y nos dimos un chapuzón en la piscina de agua salada.

Watamu: playa tranquila

Al día siguiente probamos suerte en Watamu. Un matatu nos llevó de Malindi a Watamu y un hombre que conocimos en el trayecto nos recomendó ir a la playa del Hotel Aquarius. Parecía que éramos las únicas turistas en un radio de 100 kilómetros a la redonda. Ni un alma que estuviera buscando un poco de relax en una playa bonita. Sí, porque esta playa es muy bonita con rocas erosionadas por el agua, arena blanca, agua cristalina y piscinas naturales. Esta playa realmente me gustó y, si vais por esta zona, es la que recomiendo. Probamos también suerte en otra playa cercana, pero el agua estaba un poco sucia y dimos por terminado el día playero.

Playa del Hoel Aquarium de Watamu

Después de estar por las playas de Watamu y Malindi, he de decir que me decepcionaron un poco. Sí que es verdad que era temporada baja y el mar siempre estaba algo revuelto, pero ¿con más de 25 grados no hay nadie que quiera darse un chapuzón por estas playas? No sé, a lo mejor es que al ser del norte, se me hace raro que con buen tiempo la gente no quiera playa. ¡No hace falta 30º C para darse un chapuzón!

Ruinas de Gedi: los restos de un pueblo suajili

Para rematar nuestros días por esta zona de Kenia y hacer alguna visita cultural, decidimos ir a ver las ruinas de Gedi (o Gede). Las ruinas de Gedi son restos de un antiguo pueblo suajili que habitó en la zona desde el siglo XIV al XVII y del que se sabe muy poco. Tan poco que, aun estando no muy lejos de un núcleo urbano grande, no se (re)descubrieron hasta finales del siglo XIX. Además no hay escritos sobre este pueblo y se sabe más bien poco sobre lo que pasó a esta población y por qué la abandonaron tan repentinamente.

Ruinas de Gedi

Para entrar a unos de los rincones arqueológicos más importantes de Kenia, tuvimos que pagar 500sh (5€),aunque creo que ahora se ha doblado la tarifa. Las ruinas se encuentran en medio de un bosque y se aprecia que la naturaleza está empezando a reclamar lo que es suyo. Esta ciudad anteriormente de comerciantes, tiene muros de lo que antes debieron de ser grandes construcciones como una mezquita, un palacio y numerosas casas de piedras.

Arco de las ruinas de Gedi

Entre casa y casa, siempre te encuentras con algún mono, unos más monos que otros. Así terminaron los días, entre intentos de disfrutar de alguna playa, algo de cultura keniana y en compañía de Kenga (que está como las maracas de Machín). Al día siguiente pusimos rumbo a nuestro siguiente y último destino: Lamu, mi isla bonita.

Con Kenga

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