- Marina Muñoz Cervera -
La malnutrición se produce cuando la alimentación de una persona contiene muy poco o demasiados nutrientes.
La carencia de micronutrientes o “hambre oculta” afecta a 2000 millones de personas en el mundo y, la obesidad, a 500 millones.
Las consecuencias de la malnutrición son:
- Mayor riesgo de muerte.
- Mayor prevalencia de enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta.
- Condiciones de salud graves crónicas.
La FAO ha publicado, en su Web, un tríptico informativo titulado “Entender el hambre y la malnutrición”, con fecha 21 de julio de 2014. La idea es que la gente comprenda los conceptos fundamentales.
En esta entrada vamos a revisar el mensaje, que podéis descargar desde el siguiente enlace: Entender el hambre y la malnutrición, pero solo en lo referente a la malnutrición; también incluye el concepto de Subalimentación o hambre crónica, que trataremos en otra entrada.
El problema que existe con el concepto de “malnutrición” es que pensamos que “comiendo estamos salvados”, es decir, si no pasamos hambre, todo va bien. Y, por desgracia, eso es una falacia, que recorre nuestro mundo. Podemos no tener hambre aparente, pero si hambre de micronutrientes y eso menoscaba nuestra salud. Tan malo es el defecto como el exceso, el primero provocará carencia, el segundo también porque una sobrecarga de nutrientes mezclados con alimentos que no favorecen su absorción desemboca en el mismo resultado.
La FAO nos dice en su tríptico que cada persona tiene unas necesidades, según su edad, estatus, niveles de actividad, etc., pero hay una serie de recomendaciones generales que pueden ser de aplicación global y son las siguientes:
1.- Tomar carbohidratos amiláceos como base de la mayor parte de las comidas. Se refieren a los también conocidos como “carbohidratos complejos”, es decir, ricos en almidón (arroz, pasta, cereales, patatas, etc.) y no a los carbohidratos simples como los azúcares.
2.- Comer frutas y verduras variadas a diario.
3.- Comer legumbres habitualmente.
4.- Consumir leche y productos lácteos con frecuencia.
5.- Comer carne, huevos, aves y pescados con regularidad.
6.- Incluir cantidades moderadas de grasas y aceites en la dieta.
7.- Beber mucha agua todos los días.
8.- Mantener un equilibrio energético para tener un peso corporal saludable.
9.- Hacer ejercicio con regularidad.
10.- Limitar el consumo de azúcar y de alimentos y bebidas azucaradas.
11.- Limitar el consumo de sal.
12.- Limitar el consumo de alcohol.
Este tríptico informativo nace de las reuniones preparatorias para la CIN2 (Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición) que tendrá lugar en la sede de la FAO en Roma, del 19 al 21 de noviembre de 2014.
Entrada relacionada:
“Malnutrición” como fuente de enfermedades crónicas.
Fuente:
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. FAO. “Entender el hambre y la malnutrición”. 21 de julio de 2014.
Imagen:
http://www.saludactual.cl/imag/7882factores_poblaciones_obesidad.jpg