Llega febrero y con el el fin de la temporada de caza. Lo que podría se una buen noticia, el cese de las monterías y con ellas el cese de la muerte de miles de animales en nuestro montes, se empaña de tragedia, y es que una vez más se pone de manifiesto la barbarie de muchos cazadores (no digo todos) que practican una variante de maltrato animal con los perros que forman parte de sus actividades cinegéticas, que no es otro que abandonarlos a su suerte o incluso matarlos ahora que su cometido a terminado.
Esta tragedia empieza con los propios criadores, que de cada camada solo permiten sobrevivir a los más aptos para la caza (en concreto para una camada de 5 o 6 galgos solo se seleccionan a 1 o 2 ejemplares, los más aptos, al resto se les elimina y se les priva del derecho a vivir). Los controles sobre esta cuestión dejan mucho que desear. En concreto el SEPRONA, contabilizó 53 abandonos de perros de caza en todo el año 2013, mientras que las protectoras de perros recogieron a más de 2600 individuos. Y es que la Guardia Civil solo se preocupa por los animales con microchip, el resto no tienen ¿Por qué? Porque los propios cazadores para evitar las sanciones los arrancan de los perros antes del abandono o de su ejecución.
Perros adandonados esperando ser adoptados. Maltrato animal
Además las sanciones para estos delitos de maltrato animal son ridículas. Es por ello que debemos destacar y apoyar las diversas asociaciones de recogida de estos animales, difundir su gran trabajo, desinteresado y en la mayoría de los casos con unos recursos mínimos y limitados, sin apenas apoyos gubernamentales.
Vamos a destacar al Centro de Protección Animal de Etxauri (Navarra), desbordado, con el cupo de admisión alcanzado, y que ante los abandonos ha tenido que crear una lista de espera para la admisión de futuros perros abandonados (procedentes tanto de la caza como del ámbito domestico) esperando que las adopciones dejen un sitio para otro nuevo perro abandonado, inmerso en una situación en la que apenas hay días sin que se reciba ningún nuevo perro, y que por orden del departamento de Salud publica ha tenido que proceder de esta manera.
En su pagina de facebook se puede leer “Qué tristeza de personas, de dueños y dueñas, qué lista más vergonzosa para los que dais vuestro nombre y teléfono y con suerte os llamarán pronto de la perrera para abandonar a quien probablemente más os quiere.”
Esta forma de maltrato debe terminar. No se puede silenciar ni acabar esta barbarie, esta falta de amor hacia los animales, que los tratamos como objetos, que los tratamos con antojo. No podemos seguir siendo tan irresponsables. Seguro que donde vives hay algún centro de acogida, acércate a conocerlo, mira a los ojos de los pobres animales y pregúntate ¿qué han hecho de malo para estar ahí?