Siguió el silenciamiento, con la marginación social del veterano combatiente. Ninguna empresa, grande o pequeña, quiso darle trabajo. Sin pensiones, ni ayuda médica o psicológica, de aquellos sobrevivientes muchos se suicidaron, o terminaron como vendedores ambulantes, en contextos de familias quebradas, adictos al alcohol y a las pastillas, con cartelitos en las manos.
La sociedad suele manifestarse mayoritariamente en favor de los ex "chicos de la guerra", aunque haya sido esa misma sociedad quien le dio vuelta la cara en el regreso de la derrota. Hacerse cargo no parece una actitud cotidiana para muchos argentinos, que suelen mirar para otro lado con tal de no percibir la verdad.
Pero siempre queda en la sociedad los resabios imperecederos de los héroes de todos los tiempos, los del principio de nuestra nacionalidad y los del final de esa guerra fabricada entre gallos y medianoche por algún borracho de poder. Es con el recuerdo permanente de aquellos "chicos de la guerra", pero más con su reivindicación consciente y real, npo ya crear un puente a esas islas que nos arrebataron por la fuerza y la sinrazón, sino llegar a ser cada un poquito mejores y más humanos.
Se puede ver por estos días de manera gratuita en la plataforma online de El Cairo Cine Público (https://elcairocinepublico.gob.ar) "Teatro de guerra", el imperdible documental de Lola Arias, donde junta a ex combatientes argentinos e ingleses (un elenco de ex soldados devenidos en actores-performers), los mismos que forman parte de su performance "Campo minado". El material es un desafío a la memoria, un repensar el "estamos ganando" de aquellos días de las tapas de la revista Gente donde los festejos a puertas cerradas se teñían de lágrimas, y donde la sangre de cientos de pibes se derramaba en una tierra que casi no acreditaba pertenencia. Es, al mismo tiempo, un juego de dolor, reconstrucción y superación, que va del beso infausto entre Thatcher y Galtieri, como si se tratara dos decadentes protagonistas de una telenovela, a la descripción detallada de una serie de situaciones casi surrealistas que, se supone, son propias de una guerra donde todo debe ser o parecer surrealista para sus protagonistas.