mamá teletrabajando en casa en acción

Por Morochaurbana @morochaurbana

En un acto contrito, mi madre resolvió priorizarnos más;  antes de que crezcámos más.  Concluyó que  era justo y necesario para mi y para mi hermano (- el burro adelante pa que no se espante; diría ma) que ella pasara más tiempo con nosotros.  Con lo cual, impulsiva a lo ma y como siempre,  dejó de trabajar  afuera y vino con nos a trabajar y a pasar   el “más”  tiempo, con nosotros, prometido.  Pero no se encontró con la tierra prometida precisamente, metáfora de lo idílico que imaginó.  Con la única tierra que se encontró es la de los muebles.   Porque creo que no tuvo en cuenta algunas cosas que después de festejar yo y mi hermano su arribo a casa, efectivamente sucedieron.

Ponerle onda, lo que se dice ponerle onda, se la puso.  Primero y como buena novata, mi vieja,  se instruyó, como corresponde.  Y buscó consejo cibernético.  Ya que iba a trabajar con la compu, pareciéroles a todos que iba por buen camino.  Pero después de leer dos, de los trescientos ítems consejales, nos miró a los dos, a la sazón sus hijos y dijo, cejudamente y meditativamente: me parece que esto no va andar.

Primero desalojó cachivaches de un lugarcito pequeño de nuestra house y trató de destinarla a su officce particular y privada.  ¡Ja! mamá es una ilusa ¿y ahora qué hago?  En el acting mismo ya tronaron los primeros escarceos de guerra: che mamá, dejame ese lugar para mi cuarto; grité yo.  NO…para mí, gritó mi hermano.  No había empezado a trabajar y ya la habíamos dejado sorda de entrada nomás y, como es nuestra sana costumbre, ya nos estábamos matando.

Mamá bienvenida tiempo completo en casa: se busca.

Subsanado el tema de un lugar, chiquito pero acogedor, destinado a officce, segundo problema en ciernes: el cableado.  Como hacer andar internet ahí y conectar su compu media cachuza ya y que sobrevivan al intento.  Madre y computadora.  Antes de que mamá entornara los ojos y emitiera un lánguido: oh y ahora quién podrá ayudarme; el yerno saltó a lo chapulín colorado y gritó yo puedo hacer andar internet.  A mamá se le abrieron las puertas del paraíso cibernético y yo tengo para sobornarla de por vida.  Sino le digo a mi chico que le desenchufe internet…

el pueblo quiere saber de que se trata

Cuando la computadora vio la luz virtual, la cabezota de mi hermano y la mía, ocupaban todo el monitor.  Ergo la solicitud de que nos fuérámos, de mamá, no se hizo esperar.  Nos fuímos pero al rato, empezó la cantinela

hermano menor: máaaaaaaaaaaaa, me aburro

hermana mayor: calláte, que estoy viendo la tele

hermano menor: maaaaaaaaaaaaa me aburro; dicho más fuerte

acto nro 1: mamá se levanta y pone los jueguitos en la otra compu

hermano menor: mamá me mataron y me comieron en el jueguito.  Cómo hago para que no lo hagan más.

acto nro 2: mamá desconcentrada

acto nro 3: silencio: hermanos concentrados; por un rato.  mamá en trance escribiendo.  Pero lo bueno si es poco, doblemente bueno.  Así que la benevolanza dura poco.  Hora de la merienda.  Protesta de la hermandad, una por dejar el programa favorito y cortar la comunicación teléfono y celu; porque si mamà está concentrada ergo las líneas liberadas; y el más chiquito por dejar a Mario Bross colgado de la rama.  Y los mamáaaaaaaaaaaaaaaa, otra vez repercutiéndole en las orejas…

acto nro 4: merendados.  boca cerrada; mamá sigue trabajando.  El silencio es salud piensa mamá, pero después de una hora de silencio de parte nuestra, se levanta porque le resulta sospechoso, no nos estamos matando, ergo: algo pasa.

acto nro 5: mamá festeja que la hija sigue hablando por los teléfonos y mirando la tele.  Siempre la nena fue inteligente y capáz de hacer dos cosas a la vez.  cuando repara en la cuenta del teléfono se quiere agarrar la cabeza y duda si hacerlo o seguir trabajando.  opta por verificar la salud de mi hermanito  y  seguir trabajando.  Pero hete aquí que llegó, la hora de la cena, ya llegó  y si es hora de  cenar, hora del baño del menor…Y arde troya de nuevo, hay que escuchar: sus protestas.   A saber: mamá pero si me bañé ayer.  No mamá, el tatuaje del chicle.  El tatuaje de Sabrina, mi novia de primer grado.  viste mamá todas las razones que tengo para no bañarme.  mamá a esas alturas ya se calzó los tapones para los oídos y marcha el enano al cadalso húmedo.   Mamá lo deja en remojo y me pide que yo termine la faena digo el baño.  Mamá trabaja como una endemoniada los últimos minutos del día.

acto nro 6: mamá hace la cena.  Comemos.  Parloteamos.  Y arde el msn que a estas alturas junto al face parecen arbolitos de navidad.   Charlamos al ritmo de los chanes, los llamados y zumbidos del msn y el ploc del chat del face.  Mamá larga la amenaza: al que toca la compu le serrucho los dedos.  Y por la seriedad que le vemos en la cara, los dos no hacemos siquiera el amague.   Nos peleamos por la pata de pollo, como corresponde y como todos los días.  Le reprochamos a mamá que ya estamos listos para que nos crezcan alas con el pollo nuestro de cada día.  Y mamá con el último bocado da las últimas órdenes mientras marcha a trabajar hasta que las velas no ardan.   Yo levanto la mesa y el enano va por su cepillo de dientes y a dormir, sin compu ni jueguitos previos que ya tuvo bastante por el día.  Rezongos varios y nuevos a la órden del día.

acto nro 7: mamá sigue trabajando, las velas ya dejaron de arder hace rato y el gato más chico de la casa duerme sobre el modém, mamá sobre el teclado y el otro gato de la casa en los pie de mamá.

Antes de despertarla evaluo las posibilidades de la conveniencia para la hermandad, entre mi hermano y yo, de que mamá trabaje en casa fulltime y la despierto.  Menos mal que es sábado, ahora tenemos mamá todo el día para nosotros.

Florencia Iara Rodriguez Gervasoni en colaboración  con su secuaz hermano: Christian Thomas Gervasoni.

hija de Morocha urbana