Pesadillas, que malos ratos....
Mi peque lleva unos días con pesadillas, pesadillas, de las malas malosas. Se duerme y sobre una hora después se pone a lloriquear, gritar, llamarnos....un poema. Todo esto lo hace dormido, y no hay manera de espabilarlo para que se de cuenta de que es una pesadilla. Lo abrazamos, le intentamos consolar, besicos varios, caricias....no tiene consuelo. Me meto con él en la cama, lo abrazo y parece que se duerme tranquilo.....pero solo parece, porque a los 2 minutos vuelta a empezar. El pobre crío lo pasa mal, y así se puede tirar hasta un par de horas, durmiendo y despertándose sin consuelo. Esto le suele pasar cuando se va a poner malito: "algo barrunta", digo yo. O cuando le ha pasado algo en el cole, o simplemente sin más. A mi me da mucha penica verlo así, y sólo me queda consolarle y abrazarle hasta que se tranquiliza.Los expertos dicen: "No nos quedemos con él hasta que concilie el sueño ni dejemos que se quede en nuestra cama.
En todos los casos debemos escucharle, porque probablemente será capaz de contarnos con detalle lo que ha soñado. Hay que asegurarle que los malos sueños son sólo eso, sueños.
Si su problema es que cree que puede haber algún ser abominable en su cuarto, le enseñaremos que no es cierto.
Trataremos también de quitar hierro al asunto y actuar con naturalidad. Si vemos que el niño tarda en tranquilizarse, podemos acariciarle la espalda, darle un vaso de leche o agua y susurrarle palabras tranquilizadoras."
Lo más importante es la prevención. Los padres debemos hablar mucho con nuestro hijo y conocer qué le preocupa en el cole, con sus amigos, y ayudarle a afrontar las situaciones que le angustien. Es bueno crear algún “espantapesadillas” oficial. Puede ser una especie de conjuro, del tipo “Pesadilla, pesadilla, aléjate de mi niña” o “Ningún mal sueño vencerá a mi pequeño” o cualquier otro que rime con su nombre: “Si vienes fastidiar, te las verás con Mamá”… Otro remedio de probada eficacia que podemos preparar con nuestro hijo: cogemos un recipiente vacío de esos que tienen como una pistola para lanzar líquidos pulverizados. Lo lavamos bien lo llenamos con agua. Hacemos una etiqueta que el niño puede decorar y escribiremos: “Spray anti monstruos” ó “Monstericida” Cuando le visite un por la noche, rociamos el ambiente y seguro que no se atreverá a aparecer de nuevo en sus sueños. Si el peque recuerda la pesadilla al día siguiente, podemos crear un cuento a su medida donde él es un superhéroe que vence a todos los malvados que no le dejan dormir. Una actividad muy útil es forrar juntos una caja de cartón y poner una etiqueta que diga “Caja de los monstruos”. Cuando tenga otra pesadilla hay que pedirle que dibuje lo que le impida dormir. Entonces se mete el dibujo en la caja y le dice: “En esta caja encerramos todo lo que n te deja dormir y de aquí no puede salir, porque y yo vamos a vigilar para que no salga”. Es necesario mantener estas estrategias hasta que empiecen a disminuir las pesadillas. Poco a poco, dejarán de necesitarlas y entenderán que son ellos quienes han logrado vencerlas. Seguiremos informando ;) Vía Bebeguia