No aspiramos a ser perfectas, simplemente a ser suficientemente buenas. La madre ideal solo existe en los cuentos, nos conformamos kon k nuestros hij@s sientan k su mamá se preocupa por ellos, k les quiere...
No somos las mejores, pero somos la mayoría.
Bienvenida al club !!!
Y lo peor del caso, de mujeres a mujeres, de madres a madres...
Que si tenemos a nuestros hijos mal alimentados y desnutridos por dar biberon en vez de teta, k si le dejamos desamparados y abandonados durmiendo solos en sus camas, k si usan chupo y pañal, k si les dejamos aparcados en la guardería...
Un control y critica k en muchas ocasiones se utilizan para tapar sus propias inseguridades, miedos, e incluso para reforzar su ego.
De una u otra forma nos dicen lo mismo, las mamás siempre tenemos la culpa.
Y yo me pregunto -¿La culpa de k?
No y luego si explicas tu caso, tu experiencia, esk te estás excusando, justificando...
-¿Yo, justificarme de k ?
A Chris el primero de mis 4 hijos le dí pecho. Fueron 4 meses duros, de los k tanto Papy komo yo, no guardamos buen recuerdo... Kon Hugo, Nadia y Aitana actuamos y decidimos según nuestro propio criterio y realidad. Usamos bibi y os aseguro que están criados sanos, con el mismo amor y la misma dedicación.
Duermen en su propia cama, en su propio espacio, para nosotros una rutina muy importante, fomentando su independencia y privacidad, seguros de sí mismos.
Van a la guarde encantados de la vida.
Usan chupo y pañal, ya les llegará la hora de la despedida, todo a su debido tiempo.
Lo único importante es saber que todo aquello que hacemos por nuestros hijos está hecho desde lo mejor de cada una de nosotras.
Podremos equivocarnos, corregirnos, volvernos a equivocar, somos falibles, tenemos defectos que seguramente se pondrán en evidencia pero es importante saber que aquellas decisiones tomadas sobre alimentación, crianza, costumbres, sólo pueden estar basadas en nuestro propio convencimiento y en la firme creencia que estamos haciendo lo mejor que podemos en el lugar y en el momento en que estamos.
Todas las mujeres somos diferentes, todos nuestros hijos también lo son.
En la diversidad está la riqueza del aprendizaje; lo realmente perdurable es ese vínculo, ese lazo que va a unirnos a nuestros hijos para toda la vida.
Cada una de nosotras tendrá que encontrar el propio venciendo temores y flaquezas.
A veces nos parece que en la vida, las cosas son blanco o negro, pero los extremos no conducen a nada bueno.
Todos estamos aprendiendo, nadie nos enseña a ser padres y no hay manuales suficientes para tanta sabiduría. No hay recetas, no hay consejos, tal vez sólo sugerencias, tradición, ejemplos.
Las elecciones y decisiones que tomamos sobre ellos formarán los cimientos de sus futuras relaciones, serán las raíces de su personalidad y esto nos compete como padres, sin juzgamientos, en libertad.
Sería bueno que en algún momento dejáramos de responsabilizarnos socialmente las unas a las otras por las decisiones que tomemos, por komo lo hacemos, kon apoyando y respeto.