Manabí, espectáculo viviente

Por Flipaser
Uno de los lugares que más me ha sorprendido desde que vivo en Ecuador han sido las costas de Manabí, una provincia mágica llena de vida. Empezando por el bosque costero tropical seco en el que te internas para llegar hacia el pequeño pueblo de Puerto López y que conforma la mayor parte del Parque Nacional Machalilla, siguiendo por la sorprendente Isla de la Plata, continuando por los bonitos manglares de Islas Corazón y Fragatas y acabando con el extraterrestre mundo submarino que te encuentras en sus mares, donde puedes ver ballenas jorobadas saltando como locas o mantas rayas "volando" a tu lado a un ritmo suave y pausado. 
Como digo, parece sorprendente que un trozo tan pequeño del planeta pueda albergar tanta variedad de vida y tan diversa. 
Cuando te aproximas hacia Puerto López vas contemplando unos bosques de cuento formados por plantas espinosas de las que sobresalen unas ceibas gigantes de colores verdes y flores blancas y rosadas que te introducen en un ambiente demasiado fantástico como para poder acordarte de la cotidianidad de tu vida. Después te vas introduciendo en un bosque costero tropical seco, que en la época del año en la que fuimos, estaba completamente seco y daba un aspecto tenebroso, y finalmente entras en este pequeño pueblo de pescadores donde miles de personas te persiguen diciendo "ballenas, ballenas, ballenas!!!". 
En Julio, Agosto y Septiembre se pueden ver estos colosos saltarines en todo el camino que se recorre en barco hacia la Isla de la Plata. Después de quedar boquiabierto con las elaboradas piruetas de nuestros amigos, te embarcas en la isla, donde puedes observar cantidades ingentes de cormoranes, piqueros de patas azules y fragatas (que en esta época del año hinchan el cuello rojo en su periodo de cortejo hacia las hembras). Todos estos animales curiosos pueden verse en una pequeña caminata de alrededor de una hora. La isla es una suerte de roca marciana que alberga a todos estos amigos que llenan todo con sus heces y le dan un toque blanqucino aún más surrealista. 
Si buceas, puedes bajar a diversos puntos de inmersión donde observar corales y todo tipo de peces de arrecife, pero lo más interesante son las enormes manta rayas que se acercan en esta época del año a visitar las proximidades de la Isla de la Plata, y que circulan a tu alrededor curiosas dando vueltas y dejándose mirar de cerca. Una de las experiencias más pieldegallinantes de mi vida. 




























Y no acaba aquí la cosa, parece que hay otros tantos sitios que visitar en los alrededores y unos cuantos puntos de buceo más que no tienen nada que envidiar al que yo visité. Pero en esta ocasión no pude hacer todo lo que se oferta en el lugar y nos fuimos para Islas Corazón y Fragatas, en la desembocadura del río Chone, donde se forman unos bosques de manglar con forma de corazón (si los miras desde el cielo) que están siendo conservados por las comunidades aledañas, y que con el apoyo del Ministerio de Ambiente, han construido unas pasarelas para caminar por el manglar y cuando es marea alta te dan un paseito en barca por un túnel que atraviesa la isla. Este lugar también está lleno de fragatas, cormoranes, garzas, ibis y todo tipo de aves interesantes. 
















He estado un par de veces por esta zona, y la primera fui con Vero, donde aprovechamos para visitar Montecristi, cuna de los sombreros de paja toquilla conocidos mundialmente como Panama Hat, aunque estén fabricados en Ecuador. Aquí también nació Eloy Alfaro, y han construido una ciudad homenaje donde se guardan sus cenizas. Si quieres saber quién fue este señor y por qué tiene un monumento, pincha aquí.