Todos van descubiertos, llevando en la siniestra la gorra de gala. Luego la Academia. Después los nobles con hábitos, con, para nosotros, indescifrables atributos; capas blancas, palios, ornamentos, caballeros de Santiago, órdenes religiosas de casacas moradas, túnicas, cordones, bordones con significado, adornos de los altares, camándulas, libros santos. Y los niños de vestiduras diversas. Y el pueblos sin más traje que la fe...
La custodia enorme lanza destellos cuando el sol quiere penetrar su secreto. Las calles están arboladas y en el suelo brincan arabescos de luz. Una madeja de armonías se acopla en sectores para ascender en canto. En las calles y en los balcones se prosternan; luego agitan pañuelos y arrojan flores; o baten palmas. Pasó Dios y ese desfile es pagano ya, aunque vaya presidiendo el Primado de España y su Cabildo, los Obispos y Monseñores, los curas de los pueblos distantes, los monaguillos con estandartes, incensarios y cirios erguidos.
Hernán Robleto. Color y Calor de España (1957)
Fuente: http://miratoledo.blogspot.com.es/2015/05/manana-de-corpus.htmlSi te ha gustado este artículo, por favor, dale a "Me Gusta"