No soy de las que abandonan un libro. Puedo abandonar proyectos, trabajos, cosas… pero una lectura, no es lo más habitual. Pero esta vez me ganaron por cansancio.
Leo las columnas de Javier Marias y suelo terminar encantada, tanto con los temas como con la forma de encararlos. He recibido las mejores críticas de sus obras. Y con estos antecedentes me decidí a meterme en una de sus historias.
Siempre sostengo que cada libro tiene su tiempo de lectura en la vida de sus posibles lectores. A veces llegamos a ellos demasiado temprano y a otros irremediablemente tarde. No sé cuál será la situación con “Mañana en la batalla piensa en mí”, pero si les puedo asegurar que no es mi momento de encontrarme con él.
Una situación bastante común termina de manera trágica para –en principio- uno de sus protagonistas. El otro debe seguir con su vida guardando en el más absoluto de los secretos lo que ocurrió aquella noche. Distanciarse hubiera sido la mejor estrategia, pero nuestro protagonista decide –quién sabe por qué razón- adentrarse en la vida de esa persona con quien compartió escasos momentos y que terminó muerta en sus brazos.
No sé cómo sigue la vida o muerte de este individuo que nos presenta Marias, yo lo abandoné a mitad de camino. Su soliloquio terminó por agotarme.
Pero no me rindo con el autor, tengo otros de sus libros en mis estanterías y ya llegará el momento de encontrarme con ellos.