Mañana será otro día

Por Aceituno

Son puertas de garaje. Me las encontré el otro día dando un paseo por el centro de Madrid y estoy seguro de que hay más porque es una idea estupenda, de hecho ya vi otra más antes de ayer mismo pero no tenía la cámara. Tengo la intención de fotografiar todas las que vea. No sé cuánto tiempo llevará existiendo esta tendencia, pero seguramente sea bastante porque suelo ser de los últimos a la hora de darme cuenta de este tipo de cosas. La creatividad humana no deja de sorprenderme hasta en las cosas más simples como ésta.

Yo siempre quise ser una persona creativa. Curiosamente lo único que impidió que desarrollase una obra singular y extensa fue la falta de técnica, no de creatividad. Hasta que no me puse las pilas y estudié algo de forma seria y dedicada, de principio a fin y haciendo caso a los profesores, no supe canalizar el escaso talento que la naturaleza me regaló. Después de dar mil vueltas por el mundo de la música, del teatro y de la literatura, finalmente fue la fotografía quien me situó en la órbita correcta y me enseñó a trabajar de manera rigurosa y ordenada, con sentido, con fundamento y con bases sólidas. Todo esto sucedió a mis 40 añitos.

Y entonces apareció el cáncer.

Siempre está ahí. Por más que intente hablar de algo completamente diferente, el cáncer ha sido una patada en los huevos de mi mundo, un puñetazo en la puta boca de mi esencia y en el estómago de todos los que me rodean. Imposible desligarse. Imposible mirar para otro lado. Imposible volver a ser yo mismo. Nunca. Todo se fue a la mierda. Ni creatividad, ni talento, ni método, ni bases sólidas, ni la puta madre que los parió a todos. No sirvió de nada. Toda una vida tirada por la borda. Vivida, sí, pero se supone que ahora debía poder volcar todo lo aprendido. Para eso sirve la madurez: ya no puedes hacer locuras, pero puedes contar a los demás lo que aprendiste haciéndolas. A mí me queda muy poco tiempo y en muy malas condiciones para hacerlo.

Joder.

Yo que estaba tan feliz en esta tarde de domingo hablando de creatividad… y en una sola frase me cambia el humor, se trastoca el ánimo, la inspiración se va al carajo y las puertas de garaje pintadas me parecen una soberana estupidez, un talento desperdiciado en algo que durará lo que quiera otro grafitero con un bote de pintura y una brocha.

En fin, mañana será otro día, porque como sea el mismo es que las cosas están aún peor de lo que parecen. Mil perdones a todos por el cambio de humor, pero así es mi vida ahora.