Moraima Rodríguez Alcántara.
Tuve la necesidad de escribir este artículo, pero para confeccionarlo, di como quinientas mil vueltas o regodeos. Pocas veces me pasa, pero llegó el momento en que pensé no terminarlo. Entonces leí lo que con el mismo tema escribió el camarada Roberto Hernández Montoya y me quedó grabada la frase “a veces la verdad impone deberes deprimentes”.
Pero como cada quien percibe e interpreta de manera diferente, yo digo que no es un deber deprimente defender en todo caso la memoria del presidente, comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Y no lo es, porque a nuestro amado líder lo ha perseguido la ignominia de la oposición en el país y el deber del compatriota chavista, es desactivar la carga negativa e hiriente con la que se ataca al ser querido y defender la verdad por sobre todas las cosas.
Entiendo también, que hacer comparaciones entre dos personas extraordinarias, que entregaron sus vidas a defender las causas y los derechos humanos de sus semejantes, es algo embarazoso, pero ante la actitud morbosa, reiterada y agravada de los “líderes” oscuros de la oposición, es justo y necesario decir algunas cosas, que no creo que olvidan dichos opositores, sino que es un error producto del odio más recalcitrante, de la mala fe y de la ignorancia más calificada, porque no hay un peor ciego, que el que no quiere ver.
Es cierto que el líder negro sudafricano Nelson Mandela, pasó 27 años preso, por sus luchas para defender a su gente del infernal apartheid y que luego que fue excarcelado participó en las primeras elecciones democráticas en su país, resultando ser el primer presidente de esta nación sudafricana libre, del oprobioso régimen. Además, es importante señalar, los logros de su política de pacificación, en la que es memorable su declaración: “He luchado contra la dominación de los blancos y contra la dominación de los negros. He deseado una democracia ideal y una sociedad libre en que todas las personas vivan en armonía y con iguales oportunidades. Es un ideal con el cual quiero vivir y lograr. Pero si fuese necesario, también sería un ideal por el cual estoy dispuesto a morir”.
El gobierno de Mandela, que duró 6 años, desde 1994 a 1999 generó muchas reformas, y aún en la actualidad, podemos decir, que si muchas cosas han cambiado, todavía, persisten situaciones en las que se puede evidenciar las secuelas del apartheid, siendo un caso evidente y palpable, que el pueblo, la clase obrera negra, aún sigue viviendo en los mismos ghettos y ranchos de zinc, mientras que la clase blanca rica, reside, en ostentosas urbanizaciones, en zonas privilegiadas.
Aquí en Venezuela el presidente Hugo Rafael Chávez Frías, en 1999,llamó a todas las fuerzas vivas para confeccionar una carta magna, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la que su preámbulo y su articulado, reivindica las luchas de la población venezolana desde la independencia, hace 200 años. Asimismo, un año después da a conocer el Plan Económico Político y Social de la Nación, en sus dos etapas 2001-2007 y 2007 – 2013. De acuerdo a las evaluaciones constantes en su ejecución, este plan fue denominado más tarde Plan Extraordinario Simón Bolívar y finalmente, en el año 2012, nos entregó el Plan de La Patria, hoy ley de la República Bolivariana de Venezuela.
A través de esta planificación rectora del progreso y desarrollo del país, se han ejecutado objetivos, estrategias y metas, en las que se persigue, el desarrollo de una economía productiva,el alcance de la equidad social, la construcción de la democracia bolivariana, la ocupación y consolidación del territorio y el fortalecimiento de la soberanía nacional y la promoción de un mundo multipolar.
Las evidencias sobre el cumplimiento de esta planificación maestra, en función de la independencia y soberanía de la patria, saltan a la vista y otras siguen su curso en desarrollo. El presidente Nicolás Maduro, hijo de Chávez, su multidisciplinario gabinete ejecutivo , la Asamblea Nacional y demás poderes de la república, son garantes de que todo esto se cumpla.
Chávez, también como nuestro señor Jesucristo, que habló con parábolas y dibujaba en la tierra sus ideas, Chávez, a través de la televisión y sus discursos didácticos, se dedicó a orientar y a enseñar a su pueblo.Le enseñó la importancia de la historia para comprender el presente y el futuro, nos enseñó a defender y amar a la patria, a través de la educación y el trabajo, nos enseñó a ser solidarios, no sólo con nuestros hermanos venezolanos, sino contra los más desamparados del mundo, los excluídos y entre ellos, a los hermanos africanos.
Pero ante todo, es importante recalcar, que el presidente Chávez, como Jesús en el templo, si fustigó duro a los sicarios de la patria y a los hambreadores del pueblo, al capitalismo salvaje. Pero también fue un pacificador y protector de su pueblo, porque un dato fechaciente es, que cuando bajó del helicóptero, aquel 13 de de abril del 2012, después de haber sido secuestrado y maltratado para llevarlo al cadalso, bajó con un crucifijo en la mano y le dijo a su amante pueblo que volviera a sus casas. Esto evitó un evento terrible, porque sé, que el pueblo dolido, arrecho, estaba preparado para la venganza.Él consciente de esto pidió a todos los sectores, paz, reconciliación.
Chávez, con su juramento ante el Samán de Guere, se entregó por entero, durante su mandato a trabajar día y noche para dignificar a su pueblo, asegurándole privilegios que nunca en la Cuarta República había tenido, trabajo, vivienda, salud, pensiones, misiones, comida, recreación, esparcimiento, igualdad, solidaridad, equidad y justicia.
Pero también a Chávez la oposición lo secuestró en vida, él llevó siempre consigo ese dolor. Esta diabólica oposición fascista nacional e internaciónal , nunca le tuvo compasión. Sí, fué un secuestro de la oposición que lo vilipendió cruelmente, se burló constantemente de él y a través de sus medios de comunicación, opacaron su grandeza como presidente, como estadista, como visionario social y como ser humano. Y hoy aún, ofenden su memoria y lo difaman. ¡Hasta cuándo, estos desgraciados seguirán echando vaina!. Por eso, no me resulta deprimente decir las cosas como verdaderamente son.
Además, Hugo Rafael Chávez Frías, es el insigne creador y ejecutor de un nuevo modelo económico, político y social, que se ensaya exitosamente en el país, el Socialismo del Siglo XXI, que le hace frente al capitalismo y al neoliberalismo. Por eso la guerra inclemente contra su imagen y obra. Quieren borrarlo del planeta, pero su presencia se extiende cada vez más, por todo lo largo y ancho del mundo. El pueblo venezolano está con él, una prueba fehaciente está en los resultados de las últimas elecciones en el país, donde su partido glorioso y el gran Polo Patriótico, las fuerzas de izquierda que lo han acompañado siempre, han derrotado contundentemente a la oposición.
Por eso, su presencia estará presente en todos los eventos de la patria grande como él soñó, como él supo ver en el desarrollo del tiempo hacia el futuro: Venezuela una patria potencia. ¡Por qué? , porque como es una consigna mundial ¡¡¡Yo soy Chávez,Yo soy Chávez, Yo soy Chávez, carajo, no joda!!!. ¡¡¡Todos ahora, con el progreso de la patria, somos Chávez!!! Y ¡¡¡Chávez Vive y la Lucha Sigue!!!