Así que cuando llegamos a Mandoya y nos empezaron a sacar bandejas de berza, platos de guindillas, fuentes con morcilla, chorizo, costilla y tocino, me di cuenta, que al margen de que hablan raro, escriben peor y visten con bata, al margen de eso, son como tú y como yo. Vamos, un amor. Bromas aparte, fue genial compartir un pedazo de perolo de aubias de Gernika con traumatólogos, ginecólogos, radiólogos, otorrinos y pediatras, tenemos el futuro médico asegurado!
Me serví un par de cazos de alubias, cremosas, humeantes, y con ese olor penetrante que te hace la boca agua. Entre risas con la ginecóloga de mi izquierda, y la traumatóloga de mi derecha, decidimos añadir un poco de berza, que un poco de verde siempre #esbien, parece que todo es mñas ligero, más light, ya ves. Y claro, ya que había berza, pues chica, un trocito de chorizo, total, hay hueco en el plato. Venga, ponle la morcilla, que tiene buena pinta. ¿¿Y eso?? ¿Qué es eso?? Anda, costilla, pues ale, al plato. Cuando ya teníamos todo, nos acordamos del tocino, tan blanquito, tan delicado, taaaaannn…. al plato con el resto de los amiguitos.
Las alubias estaban deliciosas, pero me sorprendieron muy gratamente todos los sacramentos. No soy yo muy amiga de la morcilla, peor mira, ésta me convenció, al igual que el chorizo. A la costilla y al tocino nos les costó mucho enamorarme, soy así de facilona, cuanta más grasilla, cuando más engorda, y cuanto más colesterol, más me gusta.
Para que el cumpleañero soplara las velas, pedimos el mismo postre para todos: leche frita, helado de vainilla y hojaldre con nata y chocolate caliente. La verdad que estaba muy bueno, postres caseros perfectos para rematar las alubias. Un final perfecto acompañado por cafés, copas, cubatas y muchas risas.
MANDOYA.
http://www.restaurantemandoya.com
C/Perro 3-5 bilbao
La calle del Perro está repleta de grandes restaurantes de esos con solera, con encanto, con raciones servidas en cazuelas de barro, servilletas de esas que no limpian nada, y cartas breves pero contundentes. Como la de Mandoya, donde ni tonterías, ni emplatados, ni leches, ¡alubias para todos!
Menú de alubiada, con vinos blanco y tinto, agua, postre, copa y café, 30€ por persona.